Un tribunal neozelandés ordenó a 3 empresas de turismo a pagar más de 6.1 millones de dólares para indemnizar a las víctimas de la erupción del volcán Whakaari/White Island en 2019.
El Whakaari, uno de los volcanes más activos y turísticos de Nueva Zelanda, entró en erupción el 9 de diciembre de 2019 mientras 47 personas -la mayoría de ellas turistas- se encontraban en la isla o sus proximidades, provocando la muerte de 22 de ellas -en el lugar de la catástrofe o mientras eran tratados de las quemaduras– y heridas a otras 25.
Este viernes, el juez del tribunal del distrito de la ciudad neozelandesa de Auckland, Evangelos Thomas, indicó en su fallo que cada víctima recibiría unapago aproximado de 152,100 dólares estadounidenses.
No obstante, el juez aclaró que el monto variaría teniendo en cuenta varios factores como: si las víctimas dejaron hijos a su cargo, el estrés emocional de los hijos que perdieron a sus padres, si las familias perdieron más de un ser querido o si los supervivientes perdieron familiares, entre otros.
“No hay forma de medir el daño emocional que los supervivientes y las familias afectadas han sufrido y seguirán sufriendo. La indemnización en un caso como este no puede ser más que un reconocimiento simbólico de ese daño”, admitió el magistrado.
La compañía familiar que gestiona la isla privada donde se encuentra el volcán, Whakaari Management Limited, deberá aportar casi 3 millones de dólares estadounidenses para las víctimas.
Mientras que la operadora turística White Island Tours deberá pagar más de 3 millones de dólares estadounidenses y la compañía de helicópteros, Volcanic Air Safaris, unos 200,800 dólares estadounidenses.
Además, el juez Thomas también ordenó a estas 3 empresas y otras 2 operadoras de turismo, Aerious y Kahu, a pagar multas de unos 610 mil dólares estadounidenses y 119,285 dólares estadounidenses.
La multa más fuerte de este juicio por los fallos en la seguridad y en materia de salud vinculadas a la erupción del Whakaari recayó en Whakaari Management, el fideicomiso con el que los hermanos Andrew, James y Peter Buttle, gestionan las actividades turísticas relacionadas con esta isla que está en manos de esta familia desde 1936.
En un fallo separado, el juez multó al organismo gubernamental GSN, encargado de vigilar la actividad volcánica en Nueva Zelanda, con 32,891 dólares estadounidenses a raíz de su responsabilidad en el incidente.