La Casa Blanca pidió este lunes al Congreso de Estados Unidos que apruebe un presupuesto de 7.3 billones de dólares para el año fiscal 2025.
El documento, de 188 páginas, no presenta grandes cambios respecto al presupuesto solicitado hace 12 meses para el año fiscal 2024, que el Congreso ha ignorado.
De hecho, el Congreso ni siquiera ha aprobado aún la totalidad de las cuentas de 2024, cuando el año fiscal empezó hace ya más de 5 meses, el 1 de octubre de 2023.
En el documento presentado este lunes, el Gobierno de Joe Biden aspira a financiar programas sociales y reducciones fiscales para las rentas medias y bajas con una subida impositiva a los ricos y las grandes empresas (del 15% actual al 21%).
Para ello, destinará 20 mil millones de dólares adicionales al Servicio de Impuestos Internos (IRS, en inglés), una agencia cuyo financiamiento se ha convertido en una disputa permanente entre republicanos y demócratas.
El presupuesto plantea una reducción de la deuda de unos 3 billones a lo largo de la próxima década, aunque el déficit anual seguirá creciendo en unos 1.6 billones.
La Casa Blanca también prevé una fuerte inversión en el mercado inmobiliario, tanto en ayudas fiscales a nuevos compradores como a inquilinos, así como para la construcción de vivienda, para abordar así el incremento de costos.
Las cuentas plantean ayudas a las familias con hijos y aprobar 12 semanas pagadas de baja de paternidad y maternidad, así como de baja médica.
El documento también incluye 1,500 millones de dólares para “contrarrestar al Kremlin”, y hace hincapié en la necesidad de aprobar el presupuesto adicional ya solicitado para Ucrania e Israel.
“Estados Unidos no podrá seguir brindando apoyo a Ucrania para satisfacer sus necesidades en el campo de batalla mientras se defiende de los ataques rusos todos los días”, apuntó la Casa Blanca.
Gran parte del presupuesto va destinado a los grandes programas sociales del Gobierno, como los médicos Medicare, Medicaid u “Obamacare”, así como las pensiones públicas de la Seguridad Social.
Además, busca rebajar los costos de las medicinas, con especial énfasis afianzando el límite máximo para la insulina de 35 dólares al mes, que se ha convertido en una de las propuestas políticas de Biden más destacadas.
Asimismo, hay un aumento de las partidas para programas verdes y para combatir la crisis climática.
De hecho, pide un presupuesto de 11 mil millones de dólares para la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés), una agencia a la que el Congreso recortó mil millones hasta los 9,200 para este 2024.
Los líderes del Partido Republicano, que controlan la Cámara de Representantes de Estados Unidos, reaccionaron ya a la petición de presupuesto diciendo que supone “una hoja de ruta para acelerar el declive de Estados Unidos”.
“Otro recordatorio evidente del apetito insaciable de esta Administración por el gasto imprudente y el desprecio de los demócratas por la responsabilidad fiscal”, apuntó en un comunicado el presidente de la Cámara Baja, el republicano Mike Johnson.
En estos momentos Johnson y los demócratas están negociando parte del presupuesto para el año fiscal 2024, con la fecha límite del 22 de marzo tras haber aprobado cuatro prórrogas para evitar un cierre administrativo.