El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, se jactó de haber expulsado a 28 mil inmigrantes desde la frontera sur de Texas hacia lo que llama “ciudades santuario” de otros estados.
En un tuit, Abbott, del ala dura del Partido Republicano, prometió además que su política de expulsiones “continuará hasta que (el presidente Joe) Biden dé seguridad a la frontera”.
Texas has bused over 28,000 migrants to sanctuary cities to provide relief to our border towns:
— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) August 1, 2023
Over 10,600 to DC
Over 10,800 to NYC
Over 4,500 to Chicago
Over 2,000 to Philadelphia
Over 390 to Denver
Over 240 to LA
This mission will continue until Biden secures the border.
Los expulsados, en una operación de varios meses que ha implicado la movilización de cientos de autobuses, han llegado principalmente a Nueva York (más de 10,800), Washington DC (10,600), Chicago (4,500), Philadelphia (2 mil), según la información proveída por el republicano.
Todas estas ciudades, junto con Denver y Los Angeles, que también han recibido a unos centenares, son calificadas por Abbott como “ciudades santuario”, como él suele llamar a las ciudades gobernadas por alcaldes demócratas que suelen tener una política migratoria menos estricta.
De todas las ciudades que Abbott cita, Nueva York ha terminado absorbiendo a la mayoría de esos inmigrantes, quienes se han desplazado en muchas ocasiones y por su cuenta desde las otras ciudades hasta la Gran Manzana, atraídos no solo por la supuesta abundancia de oportunidades, sino porque la ciudad da alojamiento gratuito a cualquier persona sin techo.
Sin embargo, la Alcaldía neoyorquina ha insistido desde hace meses que sus servicios están saturados, y principalmente su red de albergues, hasta el punto de que ha dado a los inmigrantes alojados en estos establecimientos un plazo de 2 meses para que los abandonen.
Junto a eso, ha repartido folletos, tanto en la frontera con México como en la propia Nueva York, en los que se explica en inglés y en español que la ciudad es muy cara, que hay muy poca vivienda disponible y que es preferible que marchen a otras ciudades.
A pesar de todos estos mensajes, en los últimos días han seguido llegando miles de personas -con predominio esta vez de emigrantes del oeste de África, como Senegal– que no han encontrado alojamiento en los hoteles requisados por la Alcaldía y han terminado durmiendo y “acampando” en plena calle.