El PSV Eindhoven avasalló al Heerenveen con una goleada escandalosa (0-8) y acarició su vigésimo segundo título de Liga de los Países Bajos, virtualmente en su poder pero fuera de sus vitrinas oficialmente hasta este fin de semana por la victoria del Feyenoord que aplazó su alirón en el estadio del Go Ahead Eagles (1-3).
Los 3 puntos que sumó su máximo rival por el título evitó una celebración total y absoluta del PSV Eindhoven. Ahora, un empate ante el Sparta de Rotterdam o un pinchazo del Feyenoord frente al Zwolle en la próxima jornada, cerrará definitivamente un torneo en el que los hombres de Peter Bosz han sido claramente los máximos dominadores.
El PSV Eindhoven tiene una renta de 9 puntos sobre el Feyenoord a falta de tres jornadas para el final. En caso de empate a puntos, la diferencia general de goles decidirá el nombre del campeón. En ese aspecto, el PSV tiene una ventaja inalcanzable para el Feyenoord de 30 tantos de diferencia.
Pero para conseguir esa condición de “campeón virtual”, el conjunto de Bosz tenía que ganar y no falló. En apenas 11 minutos, con tres goles casi consecutivos, finiquitó el duelo ante un gran número de sus aficionados que se desplazaron a Heereveen para ver la victoria de su equipo. Con el tanto de Guus Til y con el doblete de Malik Tillman, el PSV no dejó ningún resquicio a la sorpresa y se divirtió rodeado de un ambiente festivo y de celebración.
El choque comenzó con un cuarto de hora de retraso por la congestión del tráfico. Se paró el reloj para esperar a una gran cantidad de hinchas que no querían perderse ni un minuto del partido. Los del Heerenveen, aún con opciones de entrar en la disputa por una plaza europea, seguramente habrían preferido eliminar ese primer cuarto de hora.
Y es que, hasta el primer tanto de Till, las estadísticas fueron aplastantes a favor del PSV Eindhoven. El Heerenven, en los primeros 7 minutos, apenas dio 10 pases. El resto del tiempo, la posesión fue para el equipo de Bosz, que poco a poco amasó el primer tanto.
Lo marcó Till. No desaprovechó un pase filtrado por Tillman para batir con un buen zurdazo al portero Mickey van der Hart, que un minuto y medio después volvió a recoger la pelota de la red tras un certero cabezazo de Tillman tras una gran asistencia desde la banda derecha de Jordan Teze.
Y, sin tiempo para lamentar esas acciones, el Heerenveen, el minuto 11, volvió a encajar otro tanto. De nuevo Tillman, esta vez con un remate desde el suelo y prácticamente sin ángulo, añadió otro tanto al marcador que derrumbó por completo a su rival.
Hundido por un marcador imposible, el Heerenven tocó fondo con la insistencia voraz del PSV, que en medio de un aguacero insistió en provocar una auténtica tormenta de goles. Por eso, a la media hora, Till, con un remate a placer, hizo el cuarto; y al filo del descanso, Joey Veerman, con un “pase” a la red desde fuera del área, celebró el quinto.
La fiesta continuó en la segunda parte con un golazo en la reanudación de Johan Bakayoko, que destrozó la escuadra de la meta defendida por Van der Hart con un zapatazo desde fuera del área. El tanto del jugador belga pareció calmar la ansiedad del PSV, que, sin embargo, aceleró en el último tramo para lograr un resultado histórico.
Luuk de Jong, el máximo goleador de la Eredivisie, no se quedó sin su premio y marcó su tanto número 27 del curso a los 71 minutos. Y Patrick van Aanholt, en el 83, cerró una goleada que igualó un NAC Breda 0-Ajax 8 de 2017, uno de los resultados más amplios a domicilio de la historia de la Liga neerlandesa. El acierto de Van Aanholt precedió al lanzamiento de bengalas de la afición del PSV, que obligó a detener el choque unos minutos más.
Al final, el 0-8 fue un marcador redondo para el PSV, que virtualmente tiene el título en sus manos. El Feyenoord, como mucho, si el PSV pierde todos sus partidos, podría igualar a puntos al equipo de Bosz. La empresa es imposible y los milagros casi nunca existen. La Eredivisie tiene un nombre y ese no es otro que el del PSV Eindhoven.