• Vie. May 17th, 2024

COLUMNA: En palabras Llanes

PorRedacción

May 2, 2024

Viaje a ras de las emociones

Por Alberto Llanes

La poesía es esa cápsula que tomamos cuando nos sentimos enfermos de algo: ansiedad, soledad o cuando nos hace falta, precisamente, poesía o amor en nuestros corazones, entonces, tomamos un libro, lo abrimos, lo olemos, lo hojeamos, lo leemos, nos detenemos, pensamos, observamos el infinito “en un junco, como lo escribió magistralmente Irene Vallejo en ese maravilloso libro, aunque ahora el infinito venga en hojas de papel o en digital” y entonces viajamos sin alas o con ellas, sin pasaporte o con él, menos aún con visa y esas incomodidades que nos creamos nosotros mismos, para no invadir un terruño donde se supone, no nací…

¿Pero, y si yo quiero ir a la antípoda… a ene o ye lugar del mundo, que no soy libre para ello?, al parecer no y se necesitan todos estos artilugios para poder viajar: pasaporte, visa, permisos para entrar a un país, etcétera. Por eso la poesía “en realidad lo es toda la literatura” es esa cápsula que bebemos-leemos de estos rectángulos que llevamos a todos lados y que no tenemos necesidad de conectar a la luz, mucho menos de desgraciarnos la vista con su intensa luminosidad; acá lo que debe brillar es el texto y que sus palabras nos envuelvan, nos abracen, nos den cobijo, o un poco de alivio de esto que estamos necesitando con urgencia, por eso y para eso tomamos estas cápsulas.

En este libro que estamos presentando esta tarde-noche hay todo esto y mucho más y por eso es urgente que bebamos de él, que nos alimentemos de él o que agarremos energía para emprender el vuelo.

Ya perdí la cuenta de cuántas veces se ha presentado este documento, pero puedo decir que tuve la oportunidad de ir la primera vez que este libro, junto con otros más se presentó, si mal no recuerdo fue en tiempos de otro gobierno y en el patio central de Casa de Cultura. Ahí oí y vi por vez primera, voy a decirlo así, el detrás de cámaras o, quién era la mente que estaba detrás de estos bellos poemas que nos llevan del suelo a lo más alto de cualquier risco; es decir, ahí conocí y vi por vez primera a su creadora, la maestra Norma Navarrete a quien de verdad le agradezco el que me haya invitado a presentar-comentar este hermoso poemario que, sí, toca fibras, sí, también, nos hace viajar, sí, y de nuevo, sin necesidad de pasaporte “y qué bueno porque el mío lo tengo vencido junto con la visa» y que sí, también y de nueva cuenta, por fin se nos hizo, porque, voy a decirlo, la maestra ya me había invitado en otra ocasión a participar pero no cuadramos en nuestras agendas, bueno, la mía «una agenda atiborrada de talleres, presentaciones, charlas, y de varias cosas más”, no pudo y lo lamenté profundamente y así lo hice ver a la maestra. Sin embargo, aquel día le dije a la maestra que a la siguiente y, bueno, la siguiente es aquí y ahora. La vida a veces nos obsequia segundas oportunidades, porque la vida es así, generosa, como la palabra que podemos leer en las líneas que nos regala en estos versos.

Aquella tarde cuando se presentó por vez primera Vuelo a ras de tierra, creo que todavía ni había pandemia, les repito, había, incluso, otro gobierno, otro gobernador “ya muy de salida, eso sí y hay que decirlo”.

De aquél tiempo a la fecha ha pasado una pandemia, un temblor, un cambio de gobierno, varias presentaciones más y, bueno, si lo vemos poéticamente, ha sido otro viaje, un viaje que, como los indicadores de la Covid, algunas veces nos tenía por abajo, otras más por arriba y así, como una ruleta: la ruleta de la vida donde, nosotros mismos algunas veces estamos en la cima, pero en otras estamos también en la otra sima, una con C y la otra con S y que son los, vamos a llamarle así, antónimos de este vaivén de emociones.

Por eso es importante tomarse, de cuando en cuando, nuestras cápsulas de poesía, a final de cuentas estas píldoras no hacen daño, sí, podrían generar adicción, pero es una adicción buena, cuesta, porque hay que pagar por los libros “sin embargo, estamos tan acostumbrados a que nos los regalen, que se nos olvida pagar por el esfuerzo que un escritor/a hizo al movernos emociones, llevarlas al papel, a una editorial, hacerle correcciones y darlas a conocer al público”, pero nada más, estas cápsulas son muy recomendables, confiables y nos vamos a sentir muy bien al momento de ingerirlas-leerlas.

No me gusta, cuando presento un libro, hablar del contenido, porque esto generará spoilers indebidos que, prefiero, cada lector/a que se acerque a volar a ras de la tierra, lea, vibre, sienta, se emocione, critique “claro, por qué no”, comparta y hasta que sea de su agrado o no y vaya descubriendo poco a poco.

Pero sí diré, sin embargo, que este libro está escrito con el corazón, con mucha pasión, con las entrañas y con ganas de decirnos cosas, de movernos a la reflexión, de hacernos vibrar, de llevarnos a volar con las emociones que de su lectura se desprenden, con alegría, a veces con tristeza y es que en la vida hay de todo y para todo, a veces oigo, leo y siento la voz de una niña que está detrás del avioncito de papel, que lo lanza a recorrer su mundo, su pequeño mundo; en otras ocasiones alcanzo a percibir el tono de la madurez, de quien ha recorrido mundo “sea como sea el recorrido, en viaje personal, imaginario, leído, comido, visto, sentido, oído ‘la escritura siempre debe hacerse con los cinco sentidos y yo le agregaría otros dos, el humor y el común’” y nos lleva a veces de la mano pero en otras nos suelta para que nosotros, literalmente, planeemos en pleno vuelo, extendamos nuestras alas y elijamos nuestro camino, nuestra ruta, nuestro destino; está la voz de la poeta, de quien ama tejer historias, de quien ama hacernos volar… recuerdo ahora ese disco de Soda Stéreo titulado confort y música para volar… y es justo lo que me sucedió con la lectura de este poemario de Norma Navarrete, son, definitivamente, poemas para volar…

La invitación es para que abras el libro, despliegues sus alas y, como en un pequeño avión de papel, con letras en sus entrañas, te pongas a viajar con los poemas que, literalmente, Norma Navarrete nos regala en el interior de este bello libro. Enhorabuena y muchas gracias…

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