Por Carmen Naranjo
El proceso de descolonización y las guerras han llevado en los últimos meses a los museos, que celebran este sábado su día internacional, a convertirse en espacios en los que, además de arte, hay sitio para el debate político y social.
La descolonización de los museos ha sido uno de los temas más actuales del panorama artístico internacional, que ha recobrado actualidad por la petición formal del Gobierno colombiano para la devolución del tesoro Quimbaya.
Es una colección de 122 piezas arqueológicas precolombinas que fueron regaladas a España en 1893, y se encuentran en el Museo de América de Madrid.
La petición, dirigida al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, por sus homólogos colombianos, se enmarca “dentro de los modelos internacionales al respecto de las políticas de descolonización de los museos”. Aún no se conoce si el Gobierno español ha respondido.
En enero pasado, Urtasun anunció que crearía “espacios de diálogo e intercambio” para “superar un marco colonial anclado en inercias de género o etnocéntricas” en los museos estatales españoles que han lastrado, a su juicio, “la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico”.
Explicó que estas medidas “se traducen en un proceso de revisión” de las colecciones, que ya está activo en el Museo Nacional de Antropología o Museo de América.
España llevó a la última Bienal de Arte de Venecia la mirada de la peruana Sandra Gamarra, primera artista no nacida en el país elegida para el pabellón español, en el que rastreaba el colonialismo español. El comisario del proyecto, Agustín Pérez Rubio, considera que España “llega tarde” a la descolonización de los museos.
No piensa lo mismo el director del Museo Nacional Centro de Arte “Reina Sofía” de Madrid, Manuel Segade.
“Creo que estos procesos -asegura a EFE– llegan cuando el sentir general entre la ciudadanía afectada por los procesos coloniales es un valor común y eso les lleva a visibilizar problemáticas de poder y extractivismo y a iniciar procesos de reclamación y toma de conciencia. No creo que sea tarde: es cuando se hace necesaria”.
El arte tiene un poder fundamental, “generando formas de representación del mundo que pueden permitirnos, a través de su imaginación radical, pensar por momentos como si no fuésemos nosotros mismos. Es decir, decolonializar nuestras formas de pensamiento”, considera Segade.
Según el director del “Reina Sofía”, “el reconocimiento del colonialismo es obligatoriamente político. Pero ojo: no es partidista, sino que debería ser parte de un diálogo común entre la ciudadanía, al que todas las posibles voces -y por lo tanto respuestas- sean convocadas. Los museos, en este sentido, somos una arena pública para dar lugar a esas discusiones y a esas posiciones críticas”.
Arte, colonialismo y conflicto
En este centro español de arte moderno, en el espacio “Dispositivo 92 ¿Puede la historia ser rebobinada?” se analiza, entre otros asuntos, el proceso de descolonización en varios países de América Latina.
También el Museo Thyssen de Madrid acogerá en junio la exposición “La memoria colonial en las colecciones Thyssen-Bornemisza”, con la que quiere desentrañar la huella del poder colonial en la iconografía de algunas de sus obras y mostrar historias “invisibilizadas” de dominación racial, cimarronaje y lucha por los derechos civiles.
Las guerras que se viven actualmente también han llegado a los museos y a sus debates. El pasado jueves, con motivo del Día Internacional de los Museos, en el Museo del Prado se pudo escuchar la experiencia del Museo Nacional de Arte de Ucrania.
Tras la invasión rusa del país, que ha obligado a evacuar todas las obras, su directora, Yuliya Lytvynets, sigue creyendo “en la fuerza del arte”.
Y la guerra de Gaza ha provocado también que el Museo “Reina Sofía” haya cambiado el título “Desde el río hasta el mar” de una de sus actividades públicas, que es un lema que alude a una Palestina desde el Jordán hasta el Mediterráneo sin Israel, según la comunidad judía, después de que los responsables del centro de arte fueran acusados de antisemitismo.
El Reina Sofía asegura que su objetivo es “buscar espacios de encuentro a través de la cultura y del debate intelectual”, y cambió el título por el de “Encuentros de pensamiento crítico. Solidaridad internacional con Palestina”.
Y es que el objetivo del Día Internacional de los Museos (DIM) es demostrar que son “un importante medio para el intercambio cultural, el enriquecimiento de las culturas, así como para el desarrollo de la comprensión mutua, de la colaboración y de la paz entre los pueblos”.
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