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COLUMNA: Tejabán

Por Redacción May20,2024 #Opinión

Robert Graves en la Batalla de Some

Por Carlos Ramírez Vuelvas

En 1914, Robert Graves se reclutó en los Reales Fusileros Galeses influido por el espíritu de vanguardia cultural de la época, y motivado por una de sus leyendas tutelares, el militar y escritor Thomas Edward Lawrence, mejor conocido como Lawrence de Arabia, de quien escribirá un largo relato biográfico Lawrence y los árabes, la primera de las biografías noveladas que le dará a Roberto Graves una amplia fama de narrador.

A principios del Siglo XX, la sociedad occidental incentivó el espíritu de la juventud como el sector humano de la esperanza social, y promovió la exaltación de los jóvenes en políticas públicas y en tamizaje cultural del progreso. Apoyar a los jóvenes era tan importante como fundamentar el progreso en la ilusión de un mejor futuro; mejor aún, en la ilusión de un futuro mejorable ad infinitum, hacer de la juventud una meta inalcanzable y permanente.

En la sociedad occidental, la ilusión de la juventud era tan novedosa como la metáfora social implícita en el relato de El retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde, la reinterpretación urbana del mito de la fuente de la eterna juventud. Esta máxima política fue expresada después por Salvador Allende, el defenestrado presidente chileno, inspirado en la vanguardia socialista latinoamericana: “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”. La vanguardia cultural de principios del Siglo XX era una exacerbación de la juventud.

Imbuido por el espíritu de la juventud vanguardista, y siguiendo el ejemplo de Lawrence de Arabia, Robert Graves fue uno de los muchos escritores y artistas que se alistaron al frente de los ejércitos nacionales de la Primera Guerra Mundial, en la primera línea de defensa de la libertad, la igualdad y la justicia. Durante la Primera Guerra Mundial, Graves coincidió con el poeta francés Guilleaume Apollinare en la batalla del Somme, que en el primer semestre 1916 dejó más de un millón de bajas en las playas de los ríos del norte de Francia, donde los ejércitos aliados franceses y británicos intentaron romper las filas invasoras de los soldados nazis de Alemania.

La batalla concluyó en una derrota estrepitosa para los aliados, y en su número de mayo de 1916, la revista londinense Times transcribió en la lista de decesos de la guerra el nombre de Robert Graves. Muchos años después, la anécdota sirvió para que el escritor recordara que en algunas mitologías antiguas los semidioses eran los nacidos dos veces en vida, según su interpretación de las versiones primitivas de Dionisios o de Heracles.

Después de la Batalla de Somme a su regreso a Londres con 21 años, Robert Graves fue declarado héroe de guerra y se le anticipó un estipendio jubilatorio por decreto Real, patrimonio que el poeta utilizó para dedicarse a la escritura. Convencido de su vocación literaria, el jovencísimo poeta y héroe de guerra publicó su primer libro Hadas y fusileros, al que le siguió una copiosa bibliografía de más de 100 títulos que escribió durante casi 100 años de una larga vida: además de poesía, novelas, teatro, ensayos, guiones…

Desde entonces, sin declararse pacifista, también denunció el uso político y mercantil de las guerras, simpatizó con los movimientos críticos contra los gobiernos que arengaban el patriotismo nacionalista para sustentar la economía de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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