Por José Luis Negrete Ávalos
Las transiciones, el cambio, las referencias a los nuevos procesos dentro del panorama político parecen estar a la orden del día, después de la determinante fecha del pasado 2 de junio, que no solo dio cuenta sobre el desarrollo de la jornada electoral, dónde se renovaron importantes sectores del poder público.
El Congreso de la Unión, congresos locales en los estados, gubernaturas, ayuntamientos, una reestructuración que se fue observando en los días posteriores a los comicios, las ratificaciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ( TEPJF), la consecuente entrega de constancias de las victorias obtenidas por las coaliciones, y fuerzas políticas que recibieron el respaldo ciudadano.
En estas circunstancias destacan la continuidad del partido que actualmente ostenta la administración pública federal, visiblemente representada por la figura presidencial, asegurando lo ya mencionado la transición en el poder.
Por ese panorama de continuidad la pregunta es: ¿Los perfiles para la secretarías principales presentados por el virtual Gobierno son los idóneos o los ideales?
El cuestionamiento observa la diferencia entre idóneo e ideal, sobre todo en el tema de acciones y proyectos que realmente funcionen, que se orienten justamente al valor de la posición y de la responsabilidad política y social.
Un caso es por supuesto la Secretaría de Educación Pública, donde el elemento esencial debería ser la calidad, la trascendencia de los contenidos y de los procesos que se decidan sin embargo, se complica la posibilidad de lo ideal, que prácticamente rayaría en lo perfecto o esperando lo perfecto.
Mientras que lo idóneo recae en lo adecuado, mucho más por el tema educativo, tiendo la justificación del debate; pues precisamente debería omitirse en la elección del titular de dicha secretaria el concepto de lo ideal, y dar parte al proceso de conocimiento en la materia.
En contraste con los méritos, permitiendo así una mejora consiente y conjunta a los docentes, al diario acontecer en las aulas, que son el puente de paso para un sistema educativo de calidad, desde los hechos.
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.