Jue. Nov 21st, 2024

COLUMNA: En palabras Llanes

Por Redacción Jul31,2024 #Opinión

Empezaron los Juegos Olímpicos

Por Alberto Llanes

A mamá le gustaba mucho ver este evento deportivo, por desgracia, los de 2020 se suspendieron y mamá, en 2020, voló de este plano. Recuerdo que mamá, cuando había Mundial o Juegos Olímpicos y vivíamos en el Distrito Federal -qué les puedo decir, así lo conocí y así se llamaba-, nos ponía a mí en mi silloncito, frente a un plato con una sincronizada, ajá, de esas con queso bien derretido, jamón doradito y tortillas de harina -ahora las tortillas de harina me las ha quitado mi nutriólogo-, un vaso de chocolate y el televisor a blanco y negro -porque el televisor para color estaba en su recámara- y ahí me quedaba viendo deportes, en tanto mamá atendía a mi hermanito más pequeño de manera personal…

Sentado frente al televisor, que podría decir fue mi universidad de aquellos años -sucede que ahora mi hijo Ricardo dice que Tik-Tok es su universidad, porque ahí ha aprendido muchas palabras, historias y cosas-, en aquellos años no había redes sociales, ni internet, mucho menos telefonía celular, no había pinches nada, un televisor a blanco y negro con antena de conejo, al que le tenías que dar tracking para poder medio ver un canal y, por supuesto, no tenía control remoto, así que, para cambiarle de canal, tenías que moverte de la comodidad de tu silloncito -en mi caso-, ir hasta el televisor y cambiar de canal; ajá, la televisión fue parte de nuestra compañía y educación…

Los Juegos Olímpicos me gustan porque le gustaban a mamá y con ellos la recuerdo, primero; en segundo lugar me gustan porque hay muchas historias de atletas que, casi casi te hacen llorar; a mamá le gustaba mucho la gimnasia, el nado sincronizado, el patinaje artístico -sobre todo en los juegos de invierno- y los clavados; por cierto que viendo los clavados recuerdo una imagen que jamás se me a olvidar, Greg Louganis atleta estadounidense, al ejecutar uno de sus clavados, se golpeó en la orilla en la plataforma de tres metros en Seúl 1988, yo creía que se mataba, era yo apenas un niño, sin embargo, con todo y esa conmoción cerebral que le dio ese golpe; Greg terminó ganando una medalla de oro.

Estas historias son las que me gustan leer, gente que viene desde abajo, que se esfuerza por conseguir el éxito mundial, que pelea por una presea dorada, que, muchas veces, sin apoyo y sacrificando días de fiesta, familia y muchas cosas más, carencias, sale adelante a través del trabajo, del esfuerzo, de la constancia y la disciplina. Le decía a mi mujer el otro día viendo los Juegos Olímpicos de París 2024: -¿a estas alturas de mi vida, y a mi edad, no haciendo nada o no sabiendo nada, para qué seré bueno en alguna de las disciplinas de los Juegos Olímpicos?-, me contesta muy segura y tajante, «nada más para echar porras» y a veces creo que ni para eso voy a servir, porque no me sé ninguna porra chida, salvo la tradicional, esa de -a la bio, a la bao, a la bimbombá-.

Me emociona ver imágenes de Ernesto Canto, de Queta Basilio, de Fernando Platas, de muchos deportistas más, boxeadores, taekwandokas, en donde México, mi país, ha sobresalido.

Hay Juegos Olímpicos de verano y de invierno, ambos me gustan, creo que he visto más de verano que de invierno, y tengo el recuerdo de varios, desde Seúl 88, Barcelona 92, donde vibré con el Dream Team en el Básquetbol y con Cobi, la mascota del mundial; Atlanta en 1996 y Muhammad Ali con su enfermedad de Parkinson encendiendo el pebetero olímpico; Nagano 98 -estos fueron de invierno pero los recuerdo bien-, los del Sídney 2000; espectaculares, en 2002 en invierno fueron en Salt Lake City, y de ahí se fueron a los de verano, en Atenas 2004 donde se dice y cuenta la leyenda que todo esto comenzó en el año 776 en Olimpia, Grecia, de los del 2006, de invierno, en Turín, de esos no tengo el recuerdo, pero sí de los de Beijín en 2008 de esos sí, los de invierno se llevaron a cabo en Vancouver en 2010, y luego nos fuimos al verano de 2012 hasta Londres, ahí Brozo y Carlos Loret de Mola hicieron una dupla extraña para narrar los eventos deportivos; Sochi recibió a los atletas de invierno en el año 2014, posterior; Río fue la sede de los Juegos Olímpicos de verano en 2016, para de ahí irnos a Asia de manera triple, primero en inverno en 2018 con Pyeongchang como sede, la pandemia por Covid-19 hizo que Tokio retrasara el arranque de los Juegos Olímpicos empezando el 23 de julio del 2021, de ahí, los de invierno se llevaron a cabo en Beijing en 2022 y, ahora, en París 2024 donde se están llevando a cabo desde hace casi una semana y ya sin cubrebocas como lo fue en Tokio, donde vimos a varios atletas portando este accesorio con los estadios vacíos, por obvias y pandémicas razones.

Todas las ediciones han tenido algo de espectacular, la de París, Francia, se va a recordar por mucho tiempo la majestuosa ceremonia de inauguración que quedará para los anales de la historia y, seguro estoy, de ahora en adelante así serán las ceremonias de apertura, majestuosas, mostrando el arte, el potencial, la tecnología, la gala y todo lo que el país o ciudad sede puede ofrecer; de esta ceremonia se hablará por mucho tiempo, veremos qué nos ofrece el cierre.

Seguro estoy que a mamá le hubieran gustado mucho estos Juegos Olímpicos de verano…

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

Autor

Related Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *