El presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, invitó al papa Francisco a manifestar una postura común contra una de las escenas del espectáculo de inauguración de las Olimpíadas en París, en la que un grupo de artistas ataviados como drag queen representaba “La última cena” de Leonardo da Vinci en defensa de los derechos del colectivo LGBTQ+.
En una conversación telefónica, Erdogan expresó al papa “la necesidad de mostrar una postura común y elevar la voz de forma conjunta” contra unos actos que, en su opinión, “ridiculizan los valores morales y religiosos y pisotean el honor humano bajo el disfraz de la libertad de expresión y la tolerancia”.
Se refería así, en un comunicado emitido por la presidencia turca, a una escena del espectáculo que para la mayoría del público evocaba la conocida obra “La última cena” de Leonardo da Vinci, pintada a finales del siglo XV.
La escena mostró, en la ceremonia de apertura de los Juegos celebrada el pasado viernes, un grupo de artistas ataviados como drag queen posando a lo largo de una mesa.
Según Erdogan, esa escenificación en París “ofende tanto a los musulmanes como al mundo cristiano”.
El mandatario turco ya expresó su condena a la escena el miércoles pasado, cuando señaló que había planificado asistir a la inauguración de los Juegos en París, pero que desistió de hacerlo tras ser informado de que el acto incluiría un espectáculo LGBTQ+.
La homosexualidad es legal en Turquía desde 1858 y aunque hay una vibrante comunidad gay y lesbiana en las grandes ciudades, es denostada en los sectores más conservadores de la sociedad y especialmente por el gobernante AKP, el partido islamista de Erdogan.