Vie. Nov 22nd, 2024

ARTÍCULO: ¡Sí quiero estar bien!

Por Redacción Ago15,2024 #Opinión

Por Maestra Ruth Holtz

Es común que las personas que acuden a psicoterapia busquen una solución rápida a sus heridas emocionales. Y aunque desde la primera sesión uno puede sentir alivio al compartir la carga interna con alguien, esto no es suficiente. El compromiso de llevar a cabo un proceso profundo en la historia de vida y estar dispuestos a ver, sin autoengaños, lo que nos ha dolido, lo que sucedió y cómo contribuimos al dolor que experimentamos, es crucial para un cambio verdadero.

Comprometerse a un tratamiento psicoterapéutico implica escarbar en el dolor que nos hemos ocultado y que no por intentar olvidarlo deja de ejercer influencia en nuestra vida. Así que cuando acudimos a las sesiones puede que no salgamos aliviados y en paz, sino removidos por los hallazgos de lo que habíamos negado y apesadumbrados por ellos. Pero es pasajero. Al final de lo que se trata es de hacer conciencia de lo que nos ha estado llevando por un rumbo de crisis, conflicto y desazón.

Hay personas que prefieren no confrontar sus dificultades hasta resolverlas porque eso duele, pero de nada sirve “distraerse”, “adormecerse” o cultivar una amnesia. De todos modos, lo negado aflora como nuestro lado oscuro y nos lleva a “atraer más de lo mismo”.

Una psicoterapia no es como ir al médico. Aquí se trata de entrar a un compromiso en que la curación está dentro de uno mismo. Hay que trabajar para que aflore para que podamos “no sólo desahogarnos”, sino ver la verdad de lo que ocurrió y reconocer la parte en la que fuimos cómplices, pues allí donde nosotros cooperamos para permitir ser lastimados es donde podemos influir para cambiarlo. No somos víctimas sino cómplices y cuando entendemos cómo es viable tomar decisiones diferentes, actitudes diferentes o encontrar modos de protegernos ante lo que no se puede cambiar, somos libres.

La psicoterapia es el espacio privilegiado para ver la verdad de nosotros mismos. Sea cual sea es un gozo poder descubrir lo que somos, las razones por las que nos ocurrieron ciertas cosas y la manera en la que, como un trabajo en equipo, somos colaboradores de lo que nos pasó.

Cuando entendemos que “atraemos lo que tememos, lo que nos duele”, que somos cómplices de lo que hemos padecido, entonces abrimos las puertas de la libertad. Allí está precisamente el área en la que podemos cambiar. Sanar puede implicar saber poner límites, traer a la conciencia nuestros patrones inconscientes y descubrir cómo “repetimos” lo que hemos sufrido y trabajar en cambiar. Es decidir ¡sí quiero estar bien!

* Psicoterapeuta.

Teléfonos: 312 330 72 54 / 312 154 19 40            

Correo: biopsico@yahoo.com.mx

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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