Después de más de una década de pausa, la Universidad de Colima (UdeC) dio un paso significativo en el reconocimiento de su planta docente al recategorizar a 20 profesores y profesoras de tiempo completo. Ese acto, que tuvo lugar en la sala de juntas de Rectoría, no es solo un evento administrativo, sino un reconocimiento al trabajo incansable y al compromiso de quienes sostienen las funciones sustantivas de nuestra Casa de Estudios: la educación, investigación y extensión.
La entrega de esos dictámenes por parte del Rector Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño también marca un hito que va más allá de la promoción laboral. Es un reconocimiento tangible a la labor cotidiana de quienes están dedicado su vida a la enseñanza y la investigación, impactando directamente en la formación de las futuras generaciones de colimenses.
La recategorización, que no se había podido realizar en más de 12 años, representa un respiro y un incentivo para las y los docentes que, a pesar de las adversidades, continúan apostando por la excelencia académica. Ese logro no habría sido posible sin el esfuerzo conjunto de la administración universitaria y el sindicato, quienes, en un contexto económico complicado para la educación pública y privada, han buscado las estrategias necesarias para beneficiar a los trabajadores universitarios.
La voluntad de mantener esa convocatoria en el corto plazo es una señal clara del compromiso de la UdeC con su comunidad académica. Sin embargo, ese avance también nos invita a reflexionar sobre las condiciones actuales en las que se desenvuelven nuestras instituciones de educación superior.
Y es que la calidad educativa depende, en gran medida, del bienestar de su cuerpo docente, quienes enfrentan desafíos constantes en un entorno de recursos limitados. Es imperativo que ese tipo de reconocimientos y mejoras continúen para asegurar no solo la calidad educativa, sino también la motivación y el desarrollo profesional de quienes están al frente de nuestras aulas.
El camino por recorrer aún es largo, y como lo mencionó el Rector, no debemos perder de vista que la formación de miles de jóvenes depende de la estabilidad y el reconocimiento del trabajo docente. Esa recategorización es un buen comienzo y anticipa que la UdeC continuará fortaleciendo sus políticas de apoyo a las y los académicos, garantizando que más profesores puedan acceder a esas oportunidades en el futuro cercano.