Salud financiera
Alejandro Bernal Astorga
La percepción de la salud o bienestar financiero puede verse influenciada por el conocimiento, experiencia, contexto sociocultural, económico, etapa de la vida en el que se encuentra la persona e incluso aspectos psicológicos.
Esta condición no se define por la cantidad de dinero que se percibe o se ahorra, ya que las condiciones de cada persona pueden ser muy distintas, sino por cuánta libertad financiera tienes al final de todos tus gastos.
Hay salud financiera cuando se cumplen 4 condiciones: control para gestionar las finanzas personales de forma adecuada; libertad para alcanzar metas financieras y aprovechar oportunidades a largo plazo; resiliencia para enfrentar cambios en los gastos debido a situaciones imprevistas y seguridad, entendida como la capacidad de mantener la estabilidad económica.
El estrés financiero surge cuando hay un estado de preocupación y ansiedad ante una situación financiera difícil o de incertidumbre, que puede producir afectaciones de tipo fisiológico, psicológico y en las relaciones interpersonales. En este rubro, Colima ocupa el 11º lugar nacional.
Los síntomas de estrés se presentan cuando nos falta dinero al final del mes; recurrimos al uso de tarjetas de crédito para solventar necesidades básicas o no pagamos nuestras deudas a tiempo.
Al respecto, la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi) 2023 del INEGI, señala que el 37% de la población mexicana mayor a 18 años considera que tiene un nivel alto de estrés financiero y existen diferentes causales:
El 27% de la población encuestada, se atrasó en el pago de algún préstamo o crédito; el 31% manifestó no tener dinero suficiente para cubrir sus gastos y el 36% respondió que no podría afrontar una urgencia económica.
Quienes estuvieron en estas circunstancias señalaron haber pedido prestado a familiares o amistades; utilizado ahorro; solicitado un adelanto salarial; trabajado horas extras; usado algún crédito e incluso vendido o empeñado algún bien.
La encuesta destaca que el nivel alto de estrés está relacionado con 3 factores: el estado conyugal, al presentarse en un 29% en personas solteras, 40% en unidas y 39% en previamente unidas.
La educación, ya que 4 de cada 10 personas con educación superior consideran que poco o nada están asegurando su futuro financiero. Para aquellas con primaria, secundaria o sin escolaridad la proporción es seis de cada diez.
El tercero es la cultura financiera, ya que el 53% de la población realiza algún tipo de registro o control de gastos, pero solo el 33% lo cumple.
Esta problemática afectó la salud mental de las y los encuestados quienes señalaron sufrir de ansiedad, tristeza, frustración e irritación. Asimismo, casi la mitad declaró tener afectaciones fisiológicas derivadas del estrés financiero como dolor de cabeza, falta de sueño, gastritis, colitis, cambios en la presión arterial y problemas alimenticios.
La Ensafi afirma que el 52% de la población objeto de estudio manifestó tener algún tipo de ahorro para afrontar problemas financieros. Sin embargo, éste es limitado y oscila entre una y 3 quincenas percibidas; solo el 10% tiene un ahorro mayor a 3 quincenas. En este rubro, Colima ocupa el segundo lugar nacional.
En este contexto es importante reflexionar y cuestionarnos: ¿conocemos en qué gastamos el dinero?, ¿tenemos metas definidas?, ¿contamos con libertad de decisión económica?, ¿podemos afrontar situaciones imprevistas sin comprometer nuestras finanzas presentes y futuras?
Si la respuesta a algunas preguntas fue negativa, habrá que seguir un “tratamiento”; si fue positiva, ¡felicidades! usted goza de excelente salud financiera.