Lenguaje incluyente no sexista en la experiencia de marca
Por Jorge Ricardo Vásquez Sánchez**
En un mundo donde las marcas buscan diferenciarse y conectar genuinamente con sus audiencias, el lenguaje incluyente no sexista se ha convertido en una herramienta clave. Las estrategias de comunicación publicitaria que integran un lenguaje respetuoso y representativo no solo son éticamente necesarias, sino que también tienen un impacto directo en la experiencia de marca (brand experience). En esta edición de viernes, comparto cómo el uso consciente y estratégico del lenguaje incluyente puede transformar la percepción de una marca, fortalecer su identidad y generar lealtad en un entorno cada vez más diverso.
El lenguaje es un espejo de los valores y la cultura de una sociedad, pero también es un elemento crucial en la construcción de la identidad de una marca. En el pasado, el marketing, la publicidad y las relaciones públicas reproducían estereotipos de género que excluían o invisibilizaban a ciertos grupos; sin embargo, en la actualidad, el cambio hacia un enfoque más inclusivo es fundamental.
El lenguaje incluyente no sexista no se trata simplemente de evitar términos ofensivos o estereotipos, sino de construir mensajes que reconozcan y valoren la diversidad de quienes componen la sociedad. Las marcas que adoptan este enfoque demuestran su compromiso con la igualdad y la inclusión, proyectando una imagen positiva que es apreciada por una clientela cada vez más consciente.
La experiencia de marca al ser el conjunto de sensaciones, emociones y percepciones que una persona tiene a lo largo de su interacción con una empresa (ya sea persona física o moral). Esta experiencia no solo se construye a partir de la adquisición de productos o servicios en entornos físicos y/o digitales, sino también a través de la forma en como nos comunicamos. Aquí, el lenguaje juega un papel fundamental, tanto en el mensaje publicitario que utiliza lenguaje incluyente y respetuoso generando una conexión más fuerte con las audiencias, pues estas se sienten reconocidas e identificadas; como al momento de recibir el servicio, debido a que en la experiencia de marca hay una interacción constante en todo momento.
Cuando una marca utiliza un lenguaje incluyente, está enviando un mensaje de apertura y respeto esto no solo mejora la percepción de la marca, sino que también fomenta una relación de confianza y de visibilizar a todas las personas.
La implementación de un lenguaje incluyente no sexista en la experiencia de marca requiere un enfoque estratégico y bien planificado. No se trata de una tendencia pasajera, sino de una transformación estructural en la forma en que las marcas se relacionan con sus públicos, por la importancia que esto implica, a continuación, te recomiendo cuatro estrategias a realizar:
1. Capacitación y sensibilización interna: Antes de implementar un cambio en la comunicación externa, es crucial que los equipos de marketing, publicidad, relaciones públicas y atención a la clientela reciban capacitación en temas de género y diversidad; esto permite que los mensajes sean coherentes y genuinos, evitando caer en el pinkwashing o la inclusión superficial, que en el momento de la verdad (término empleado cuando se vive la experiencia de adquisición del producto y/o servicio) se percibe todo lo contrario.
2. Adaptación de guías de estilo: Las guías de estilo de las marcas deben actualizarse para incorporar directrices de lenguaje inclusivo. Esto incluye recomendaciones sobre el uso de pronombres neutros, términos no sexistas y la eliminación de expresiones que perpetúan estereotipos de género; ejemplo: En lugar de decir “para mis clientes”, se cambia a “clientela”; “promoción especial para alumnos” por “promoción especial para estudiantes”.
3. Revisión constante de contenido: Es fundamental que cada pieza de comunicación pase por un proceso de revisión que asegure que cumple con los estándares de inclusión, esto abarca desde campañas publicitarias en medios tradicionales y digitales, como en la ambientación de los puntos de venta tanto físicos como digitales.
4. Escuchar a las audiencias: La retroalimentación de quien consume los productos y/o servicios es vital para mejorar continuamente, ya que, al incluir un canal de diálogo sobre la percepción del lenguaje utilizado, las marcas pueden ajustar su comunicación y alinearla con las expectativas de su público.
Por lo tanto, el lenguaje incluyente no sexista en la experiencia de marca es mucho más que una moda o una estrategia publicitaria; es una necesidad para cualquier marca que aspire a ser relevante en un contexto donde la diversidad y la equidad son valores fundamentales. La forma en que una marca se comunica puede determinar su éxito o fracaso en un mercado donde se aprecia y prioriza cada vez más la coherencia entre los valores que una empresa promueve y sus acciones. Implementar un lenguaje incluyente no sexista no solo mejora la experiencia de marca, sino que también refuerza el compromiso con una sociedad más justa y equitativa.
En conclusión, la adopción de un lenguaje incluyente no sexista no es solo una elección ética, sino una estrategia inteligente que responde a las demandas de una sociedad en constante evolución. Las marcas que se comprometen genuinamente con la inclusión y la diversidad no solo fortalecen su identidad y conectan mejor con sus audiencias, sino que también contribuyen al progreso hacia una sociedad más equitativa. A medida que más marcas adopten esta práctica, veremos un mercado más consciente y respetuoso, donde la comunicación efectiva y responsable se convierta en un pilar esencial del éxito empresarial.
*Esta columna es desarrollada por integrantes del UCOL-CA59 La mercadotecnia y su relación con las ciencias sociales, adscrito a la Facultad de Mercadotecnia de la Universidad de Colima.
** PTC – Facultad de Mercadotecnia – SNII 1
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