Cuántas veces
Por Jorge Vega
¿Cuántas veces al día estamos realmente vivos, conscientes, despiertos? Tal vez una, 2. Tal vez nunca. Operando todo el tiempo con los programas que nos instalaron desde la infancia, que nos instalamos nosotros mismos, rara vez nos detenemos a pensar, a ser, a sentir, sin propósitos intelectuales, sin juicios.
Frente al lugar donde escribo hay un árbol frondoso. Creo que es de los que aquí llamamos pingüica. Cuando sopla el viento, mueve sus hojas y tronco como si meditara o practicara taichí. Si llueve, se deja mojar, se entrega a la lluvia. Si lo podan, fluye con su dolor.
A nosotros nos cuesta vivir el presente, estar en el ahora, como proponen quienes practican el mindfulness (atención plena). Sólo corremos, uno tras otro, nuestros programas: el de llegar al trabajo y saludar, el de qué vamos a desayunar, cuál será el trabajo de hoy, el de tenemos que ir por los hijos a la escuela, el de qué vamos a comer.
Y si nos sentimos en riesgo de despertar, nos encerramos en los celulares, la comida, los libros, el alcohol. Lo que tengamos a la mano.
Pero a veces, una luz nueva se filtra por las grietas del día y cae sobre una pared, sobre el piso, y tenemos que detenernos. La luz nos recuerda lo que han dicho antes, desde el Buda, las personas que han despertado de este sueño tan persistente: que siempre estamos huyendo de la realidad, de la vida. Que en realidad nos asusta detenernos, ver.
Luego volvemos a los brazos de Maya, a llenarnos de preocupaciones, de trabajo, de nuestros amados problemas.
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.
