Dom. Sep 15th, 2024

COLUMNA: Ojo de Mar

Por Redacción Sep2,2024 #Opinión

Periodistas que aplauden

Por Adalberto Carvajal

La convocatoria para el Primer Encuentro Continental de Comunicador@s Independientes (PECCI): “Informar es liberar”, lo lanzó directamente la Presidencia de la República el 29 de julio[1]. Con ese patrocinio, las plenarias se realizaron el 30 y 31 de agosto en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, el espacio donde se han venido realizando las mañaneras a lo largo de este sexenio.

El viernes 30[2] el presidente Andrés Manuel López Obrador dio la bienvenida a los participantes y, sin proponérselo, generó la gran polémica del coloquio cuando los asistentes lo recibieron con una ovación apenas entró al recinto, para luego entonar a coro el lema: “¡Es un honor estar con Obrador!”

“Ya sé que no aplauden”, dijo en 2015 el entonces presidente Enrique Peña Nieto a los reporteros, al final de un evento en el que anunció medidas de transparencia en su gobierno. Pero en 2019 López Obrador invitó a la fuente presidencial a hacerlo cuando, tras lograr un acuerdo con las empresas de gasoductos, preguntó a los informadores reunidos en Palacio Nacional: “¿A poco la prensa no aplaude?”

Tras el mensaje que analizaremos enseguida, el presidente cedió la palabra al titular de la oficina de Comunicación Social, vocero de la Presidencia y coordinador del encuentro, Jesús Ramírez Cuevas, quien luego cedería el turno a los exponentes de este periodismo… independiente del poder mediático, sí, pero claramente militante de la 4T.

Algunos de esos comunicadores son reporteros profesionales que trabajan para medios digitales, como Nancy Flores de Contralínea; otros, como Vicente Serrano con su marca Sin Censura, transitaron de los medios corporativos a proyectos periodísticos alternativos, primero en Estados Unidos y luego en México, en radio y televisión abierta o en internet.

La primera en hablar fue la argentina Betiana Vargas, quien continúa en nuestro país –donde disfruta de una beca doctoral sobre inteligencia artificial en la educación– el trabajo en redes sociales que había venido realizando como activista social y militante. Y el último, Antonio Perales, conocido en internet como El Mitote Migrante, quien comenzó su alocución transmitiéndole al presidente los saludos de los asiduos a la Placita Olvera de Los Ángeles, California.

También habló Manuel Pedrero, el mejor exponente de lo que significa la irrupción en la conversación pública de figuras que encontraron en las plataformas digitales los espacios donde hacer un periodismo ciudadano que, como ocurre con el portal Los Reporteros MX que este joven de 21 años integró con Hans Salazar y Amir Ibrahim, evolucionaron a medios emergentes.

El mensaje de quien todavía está estudiando Ciencias Políticas, resultó por sí mismo controversial. Pedrero se refirió a la beca “Benito Juárez” que recibió en la preparatoria y usó para ayudar a construir la casa familiar. La defensa que hizo en Twitter de los programas sociales, frente a los señalamientos de que los apoyos económicos estaban siendo usados por los jóvenes para comprar cerveza, se volvería viral. Así empezó su carrera periodística. Con voz entrecortada, declaró: “Señor presidente, usted me cambió la vida. Y le agradezco por eso”.

La mejor prensa

Desde la convocatoria, el presidente de México “planteó la necesidad de dialogar y deliberar en torno a la función de los medios de información y la manipulación de la opinión pública a través de noticias falsas y sesgos informativos a favor de grupos de poder”. Para AMLO, “los pueblos deben tener acceso a información veraz, profesional e independiente del poder económico y político”. Y en el nuevo ecosistema digital, cabe destacar “el trabajo que al respecto realizan medios alternativos y comunicadores independientes”.

Los periodistas invitados a esa mañanera no sólo son de los que aplauden, sino también de los que gritan: “¡Lo queremos, señor presidente!” Y a esa audiencia leal López Obrador dio una de sus acostumbradas clases de historia:

“Nosotros tuvimos la mejor prensa durante la transformación que llevaron a cabo los liberales, encabezados por Juárez”. Como llegó a decir Daniel Cosío Villegas, eran ‘hombres que parecían gigantes’, tanto los periodistas como los políticos: Francisco Zarco, Guillermo Prieto y otros más.

También la Revolución mexicana fue “impulsada por periodistas”. Los magonistas cubrieron la huelga de Cananea en1906 y, al año siguiente, la represión en Río Blanco. Con su periodismo, difundían ideas y formaba cuadros. Los dirigentes de esas huelgas eran magonistas y en las minas se repartía el periódico Regeneración.

En la teorización del periodismo independiente que López Obrador hace sobre la práctica del periodismo militante, se imponen los valores políticos, comunicacionales y literarios que el mandatario atribuye a los periodistas comprometidos. Un buen ciudadano, con ideas progresistas –cita el presidente a Rubén Darío–, debe reunir las tres ‘P’: “ser político, periodista y poeta”. Como decía José Martí, el periodismo siempre “ha jugado un papel fundamental en las transformaciones”. Y la 4T no puede ser la excepción.

El periodista debe ser militante y, si se ofrece, miliciano. Habló el presidente de un héroe anónimo, Catarino Garza Rodríguez, “periodista que nació en Matamoros, Tamaulipas, pero vivió del otro lado de la frontera y en Laredo ejerció el periodismo”. Dieciocho años antes que Madero, convocó al pueblo de México a tomar las armas en contra de la dictadura porfirista. Organizó una guerrilla, pero su movimiento revolucionario cobró fuerza gracias a la imprenta. Tres mil soldados estadounidenses, más los rangers de Texas y los soldados de Porfirio Díaz a cargo de Bernardo Reyes, blindaron la frontera para combatir a quien consideraban un ‘filibustero’.

Catarino Garza reapareció en Costa Rica. Y ahí se encontró con otros revolucionarios que luchaban por la independencia de Cuba y Colombia: los isleños Antonio Maceo y José Martí; el general Rafael Uribe, a quien alude Gabriel García Márquez con el personaje del coronel Aureliano Buendía de su novela Cien años de soledad. Buendía, como Uribe, se unió al “federalismo triunfante en Centroamérica en busca de adeptos para desarrollar un plan continental de derrocamiento de regímenes conservadores”[3].

Algunos revolucionarios fueron a luchar por la independencia de Cuba. Catarino y otros pelearon por mantener integrada la Gran Colombia ante la pretensión, detrás del proyecto del canal de Panamá, de crear un nuevo país. Encabezó un grupo guerrillero y lo asesinaron en la toma del cuartel de Bocas del Toro, que hoy pertenece a Panamá. Lo enterraron en una fosa común, pero “ya encontramos los restos y los mandamos traer a su natal Matamoros”, anunció el mandatario.

Fue un periodista revolucionario, aunque “en aquellos tiempos, como ahora, los conservadores a todos los que luchaban por la justicia les llamaban ‘bandidos’”, dice el autor del libro Catarino Garza Rodríguez: ¿revolucionario o bandido?, donde AMLO cita la respuesta que a esa pregunta da el mismo militar conservador colombiano que lo combatió y llegó a admirarlo: no era un bandido, ‘era un hombre con ideales, con principios’.

Política mediática

Para el presidente, “el periodismo de avanzada siempre está vinculado a una causa, tiene que estar lo más cercano posible al pueblo y lo más distante posible al poder, esté quien esté en el poder”. En México tenemos la tradición del periodismo de los Flores Magón, Catarino Garza y Daniel Cabrera, director de El Hijo del Ahuizote: “el mejor periodista que ha existido en nuestro país”. Por algo, la sala de reuniones en Palacio Nacional se llama ‘Daniel Cabrera’.

Ese periodismo se fue apagando. Era muy difícil “mantener un periodismo independiente cuando predominó un partido de Estado” que cooptó a los periodistas, compró conciencias y lealtades. Surgió, así, “una prensa completamente subordinada al poder que como vasallos cumplían con la máxima de obedecer y callar”. Con honrosas excepciones, “esa prensa se fue pervirtiendo hasta llegar a ser un instrumento de control y de manipulación de la oligarquía de México”. Los medios de comunicación convencionales más influyentes “tienen que ver con las empresas o con los personajes con más dinero en el país”, señaló AMLO. Ese periodismo legitimó la corrupción, el saqueo y el combate a “la oposición que buscaba transformar al país”.

“Nosotros” lo padecimos durante mucho tiempo, pero ahora “las cosas están cambiando para bien porque se dieron, al mismo tiempo, una serie de condiciones muy favorables, inmejorables”. Hace 10 años eran tres televisoras, cinco cadenas de radio y 10 periódicos los que formaban la opinión pública. Sin embargo, esa prensa completamente al servicio de los intereses creados no pudo evitar la transformación de México. Triunfó la revolución de las conciencias, el pueblo de México es hoy uno de los que menos analfabetismo político tiene, uno de los más politizados del mundo.

La acuñó Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, pero la frase: ‘una mentira que se repite muchas veces puede convertirse en verdad’, viene de tiempo atrás al nazismo. Cuando en 1853 el principal ideólogo del conservadurismo, Lucas Alamán, le escribe a Antonio López de Santa Anna que regrese del exilio (pese a ser el responsable de que, en 1847, en Palacio Nacional haya ondeado la bandera de Estados Unidos, y de que un año después México perdiera más de la mitad de su territorio), le dice: ‘Venga, porque nosotros, los conservadores, tenemos el control o somos dueños de los principales periódicos de la capital y de los estados, y nosotros manejamos la llamada opinión general’. Ya entonces, subraya el mandatario, “la política mediática es un elemento fundamental de control, de manipulación de los pueblos”.

En 2024, “con todos los medios convencionales en contra, el pueblo de México dice: ‘No al retroceso, no queremos que regresen los corruptos, no queremos que regresen por sus reales. Queremos que continúe la transformación en el país’. Y no les funcionaron (…) sus famosos conductores de radio, de televisión”, quienes durante la campaña pasada sometieron al auditorio a un tóxico “bombardeo constante”.

“Vencimos”, y ese triunfo “se repite en otros países”. La 4T “es un distintivo de cómo se ejerce el poder para beneficio de minorías. Por eso es importantísimo el que ustedes se reúnan como prensa, como medios alternativos, independientes, porque se necesita la contribución de ustedes”. Porque en “la serie de factores que influyeron para que se pudiese triunfar ante los medios convencionales”, desde luego, el protagonista es “nuestro pueblo”, por eso los conservadores “desprecian al pueblo”. Pero el otro gran factor son los medios emergentes.

Para que “millones de mujeres y de hombres” fueran “haciendo conciencia”, hubo que trabajar abajo. “Llegamos a editar 10 millones de ejemplares” del periódico Regeneración, que “se entregaba casa por casa”. Imprimir no era problema, “con dinero hay imprentas”; el asunto es “cómo se distribuye, la organización que se requiere”. Llegó a ser, hace 10 años, “el medio más visto en el país, aunque “no nos convenía que se dieran cuenta” los adversarios.

Medios alternativos

Cuando se generaliza el uso de internet, surgen las redes sociales. “Eso no lo teníamos cuando nos hicieron el fraude en el 2006”. En la guerra sucia de: ‘López Obrador, un peligro para México’, “no había ni derecho a la réplica”. Incluso, en pleno proceso electoral, teniendo “tiempo contratado en una televisora (…) nos cancelaron” el contrato de transmisión de “nuestros mensajes”. En 2006, no había internet ni redes sociales. “Por eso decimos”: ‘benditas redes sociales’. Porque ahora “ya se puede replicar, ya cada ciudadano puede ser un medio de comunicación (…) en una red social”.

Pese a que “eso nos ha ayudado muchísimo”, hay un “sistema de manipulación de las redes sociales”. Por eso, hay que informar al pueblo qué son las granjas de bots; explicarle que se puede “automatizar una leyenda y difundirla masivamente”; investigar “cómo funciona, quién elabora el contenido” y establece el contrato con las empresas que se dedican a diseminarlo, “cuánto cuesta, qué alcance tiene”; para “hacer conciencia de que eso es ficticio, que no son ciudadanos de carne y hueso y un pedazo de pescuezo, sino que son robots”.

Hay que denunciar a quienes “se han ido apoderando del internet, de las redes”. Contra la creencia de que internet es territorio libre, en realidad “hay corporaciones que tienen control” y, así como se domina la prensa, “quieren dominar también (…) las redes”.

Por eso “es extraordinario que ustedes se reúnan aquí”, les dijo el jefe de Estado a los comunicadores independientes. Es la manera de enfrentar el autoritarismo, la censura y la manipulación; de luchar para que “la verdad se abra paso (…) y llegue hasta el último rincón del planeta; esta es la forma de informar “a nuestro pueblo y a los pueblos hermanos”, para que avanzar no cueste “más trabajo”.

México es un ejemplo de que se puede vencer a esos medios vinculados a la oligarquía, que buscan mantener un régimen de corrupción, injusticias y privilegios. Se puede hacer con el pueblo, porque “el pueblo es mucha pieza”. Hay que seguir trabajando para que esta experiencia mexicana de “hacer realidad el derecho a la información” se consolide en otros países, concluyó López Obrador.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

Fuentes consultadas:

[1] Convocatoria al Primer Encuentro Continental de Comunicador@s Independientes: “Informar es liberar”. Presidencia de la República, 29 de julio de 2024. Comunicado. Cfr. https://www.gob.mx/presidencia/prensa/convocatoria-al-primer-encuentro-continental-de-comunicador-s-independientes-informar-es-liberar-372259

[2] Versión estenográfica. Inauguración del Primer Encuentro Continental de Comunicador@s Independientes: Informar es liberar. Acto encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador desde Palacio Nacional. Presidencia de la República, 30 de agosto de 2024. Cfr. https://www.gob.mx/presidencia/articulos/version-estenografica-inauguracion-del-primer-encuentro-continental-de-comunicador-s-independientes-informar-es-liberar?idiom=es

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