Aguascalientes y por qué todas las mujeres debemos tener este estado en la mira
Por Rosario Gutiérrez
No es lo ideal, y no debería serlo, pero en la política, y muy a menudo en los Congresos locales y en el de la Unión, los legisladores suelen votar según sus creencias y prejuicios. En Colima lo vivimos por muchos años, cuando las mayorías del PRI y PAN se negaron durante varias legislaturas a hacer realidad la interrupción legal del embarazo.
Lo vimos en la Cámara de Diputados cuando la mayoría panista votó en contra de prohibir las llamadas “terapias de conversión”. Y ahora, en Aguascalientes, la advertencia de Simone de Beauvoir en El segundo sexo, se ha cumplido como profecía, con la diferencia de que no hizo falta ninguna crisis para que los derechos de las mujeres en este estado fueran cuestionados y coartados por sus legisladores.
El pasado 28 de agosto, el Congreso de esta entidad aprobó reformas a los artículos 101, 102, 103 y 196 del Código Penal local para reducir el plazo para interrumpir el embarazo de 12 a 6 semanas de gestación.
Organizaciones como el Grupo de Información en Reproducción Elegida, ya han dicho que este cambio es como volver a penalizarlo por completo, mientras que Fondo María ha afirmado que el que una mujer se dé cuenta de su embarazo a las 6 semanas, es muy complicado, haciendo que sea aún más difícil acceder a este proceso de forma segura.
Desde esta columna siempre he invitado a mis lectores a reflexionar de forma concienzuda sobre los representantes populares que buscan representarnos en los diferentes escaños, pues muy a menudo, como en el caso de Aguascalientes; el voto o la acción del actor político pondrá por delante los ideales y creencias del mismo, no lo que la ciencia o la investigación de cualquier tipo demuestren.
Es por ello que se vuelve muy necesario saber cómo piensan quienes nos quieren representar sobre los temas que nos interesan, de esta forma, no nos llevaremos una sorpresa al momento de las decisiones.
El caso de Aguascalientes es para tomarse en serio, es un precedente al cual no se le debe permitir avanzar. La sociedad civil organizada local y nacional deben pelear para que esta decisión sea revertida y llegar ante las últimas instancias para que ello pase, pues no solo está en juego la salud de las mujeres de este estado y sus derechos humanos, sino también los de las mujeres de todo el país.
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