Vie. Nov 22nd, 2024

ARTÍCULO: Origen de la tragedia

Por Redacción Sep12,2024 #Opinión

Por Maestra Ruth Holtz

Trágico es no ser libre y luchar por serlo. En psicoterapia, gran parte de los conflictos que presentan las personas surgen porque no pudieron hacer lo que querían, recibir lo que esperaban o las cosas no ocurrieron como lo imaginaron. Sin embargo, lo más grave de la vida es descubrir que somos libres, que no encajamos en los modelos biológicos porque inventamos nuestra forma de vida. Incluso nuestra manera de comer es antinatural. No encajamos en los modelos sociales, porque seguimos en conflicto con nuestra comunidad y rechazamos que nos impongan reglas. No encajamos en lo que se considera “normal”, ya que abundan las excepciones: los que se rebelan, los que son de manera distinta a lo esperado.

A pesar de que queremos ser libres, da miedo serlo porque si nuestro discernimiento falla al elegir entre lo que es bueno o malo (según quién), entonces podemos tener miedo de las consecuencias. Dice una definición en internet que “la tragedia se refiere a un suceso o situación que produce un gran sufrimiento y que suele tener consecuencias irreparables”. Ser libres es origen de la tragedia.

Ser libres es enfrentarse continuamente a la posibilidad de equivocarse, de lastimar, de romper esquemas, de quedar atrapado en lo convencional, a ser esclavo de alguien. Por eso da miedo ser libre, ¿y si elijo mal?

A psicoterapia viene gente sufriendo porque eligió mal: se dejó llevar por su deseo, fue infiel y destruyó su relación y su hogar; porque eligió a esa mujer como esposa y le hace ver su suerte; porque eligió ese trabajo y ahora no puede escapar de los compromisos contraídos y no es lo que esperaba; porque dedicó años a una relación equivocada y ahora tiene que empezar de nuevo cuando por fin la terminó. ¿Y sería lo mejor? Siempre existe otra manera de hacer las cosas, otro camino, otra forma de comprometerse o de no hacerlo. El problema es que en la vida no hay goma y no se pueden borrar los errores. Muchas veces se pagan con dolor.

La libertad es el más complejo de los dones del hombre, base y fundamento de su fuera de lugar de este mundo, en el cual todo parece tener un lugar, un orden y unas leyes. El hombre puede infringirlas todas, ello puede llevarlo tanto al sufrimiento y a la destrucción como al tedio y al hastío. Está siempre creyendo que el término medio sería lo que menos lo haría sufrir, lo que más lo acercara a su hogar, a su ley, a tener un puesto en este mundo. Pero no, este lugar inamovible no existe para él porque es libre, puede instalarse en otro lado y aún ahí donde él decide instalarse está de paso. Nada puede obligarlo a permanecer ahí más que él mismo, la sola posibilidad de modificar su estancia en este mundo le permite salirse de ella, lo que provoca que finalmente no le pertenezca.

Si bien el hombre es así, no puede escapar de determinarse de algún modo. La libertad es la necesaria e ineludible opción de opciones: elegir una determinación que además nunca es acabada y siempre podría ser otra. Esto instala a este ser en la angustia, en aquélla de jugarse el ser en cada decisión. Y es que en cada elección determina su ser, constituye su lugar en este mundo, sabiendo que pudo ser de otro modo, y teniendo siempre la opción de hacerlo de otra manera.

La libertad es el desgarramiento no sólo del orden cósmico, sino del hombre mismo. Es el nacimiento de la tragedia, pues con ella nace la posibilidad de ir en contra del flujo de la ley del cosmos, aquélla que rige los intercambios entre los demás seres y les da un lugar y una función y que al mantenerse en ella garantizan su conservación, su proliferación, pues lo que siembran cosechan, lo que lanzan se les regresa.

La psicoterapia nos ayuda a aliviar el dolor, comprender las reglas morales de la comunidad en la que nos podemos acoger para poder compartir un mundo y mantener una estabilidad que garantice la felicidad y mantenga el sufrimiento lo más posible fuera. Ser responsable de ser libre es difícil, pero tiene que ver con asumir que es junto con otros que debemos negociar nuestra libertad e impedir la tragedia, mantener un orden que elijamos y un hogar donde pertenecer. Quien viene con el mundo roto se recobra en una psicoterapia y después elige en qué lugar comprometer su libertad y con quién.

* Psicoterapeuta.

Teléfonos: 312 330 72 54 / 312 154 19 40

Correo: biopsico@yahoo.com.mx

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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