Política industrial y exportaciones
Por Alejandro Bernal Astorga
La apertura comercial permitió que el sector exportador y la economía mexicana tuvieran una vocación manufacturera evitando la codependencia gradual hacia el petróleo, pero los efectos económicos positivos serían mayores si existiera una política industrial que impulsara la competitividad y participación de los productores nacionales en las cadenas de proveeduría para la exportación.
Es por ello que el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analiza las condiciones actuales de la industria del país y presenta propuestas para promover el crecimiento y desarrollo, en el contexto el sexenio que inicia.
A pesar de la importancia de México como productor de manufacturas de exportación y del incremento en su valor a lo largo de los años, el contenido nacional y el valor agregado generado en el país se han mantenido estancados. La producción de exportaciones aún depende en gran medida de insumos intermedios importados.
Para ser competitiva en un mercado global, una empresa busca adquirir insumos de la mejor calidad y precio, indistintamente de su origen y en los últimos 20 años, el porcentaje de la producción manufacturera de exportaciones que se abastece de bienes intermedios y servicios de origen nacional solo ha crecido 0.2 puntos porcentuales, al pasar de 40.2% en 2003 a 40.4% en 2022.
El IMCO considera que desarrollo de una política industrial integral y robusta que fomente industrias clave, al mismo tiempo que crea un entorno competitivo y sostenible, debe sostenerse en ciertos pilares:
Innovación: es esencial impulsar la productividad de las empresas mediante nuevas tecnologías, investigación y desarrollo científico.
Digitalización: se requiere de infraestructura y regulaciones para lograr que la economía tenga la capacidad de adaptarse constantemente a los cambios tecnológicos.
Encadenamientos productivos: se debe vincular a las cadenas de valor globales y las empresas nacionales de proveeduría.
Acceso a financiamiento: diversificar e incrementar las fuentes de financiamiento es necesario para impulsar proyectos de infraestructura, innovación y transferencia de tecnología.
Infraestructura y logística: el mantenimiento, la modernización y construcción de infraestructura facilita la conectividad y permite la optimización de procesos productivos y de exportación.
Sostenibilidad ambiental: el comercio internacional considera a través del cumplimiento de barreras no arancelarias, regulaciones y certificaciones ambientales para garantizar el uso sostenible de los recursos naturales.
Estado de derecho: garantizar la aplicación de leyes y la certidumbre jurídica es imprescindible para fomentar la inversión y el desarrollo económico del país.
Política fiscal: la implementación de medidas fiscales para privilegiar la inversión pública sobre el gasto, impulsar la competitividad y evitar la evasión son claves para optimizar recursos.
Política comercial: consolidar vínculos con mercados internacionales y ampliar la red de tratados comerciales puede generar beneficios para el sector productivo.
Capital humano: mejorar la educación del talento mexicano y sus capacidades para adaptarse a los cambios en los procesos productivos es crucial para atraer inversiones y generar proyectos emprendedores.
El IMCO afirma que el camino hacia un futuro próspero para México pasa por una industrialización inteligente, inclusiva y sostenible, que aproveche al máximo las oportunidades del comercio global y fortalezca la economía interna.
Si eso se logra, no solo se impulsará el crecimiento económico, sino que también se contribuirá a la creación de una sociedad más equitativa y justa, con mayores oportunidades para todas y todos los mexicanos.
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.
