¿Son lo mismo el Esquema Ponzi, las estafas piramidales y los esquemas multinivel?
Por Julio Cuevas Romo*
Eventos adversos para las personas como la presencia de una pandemia de COVID-19 o crisis económicas, en ocasiones son un caldo de cultivo ideal para sacar provecho de forma abusiva en lo que a estafas financieras y esquemas piramidales se refiere. Muy lejana se ve la historia de Carlo Ponzi, a quien se debe el término de Esquema Ponzi dada su especialización en este tipo de estafas. El término Ponzi se refiere a cualquier estafa en donde se paga a inversores iniciales con lo que inversores subsecuentes aportan en un esquema piramidal.
Estamos a más de un siglo de que Ponzi diera su mayor golpe a las finanzas, en un contexto donde la publicidad era muy distinta, la alfabetización financiera casi nula y el internet o acceso a la información de forma rápida y oportuna, era inexistente. Pareciera que en el contexto actual sería muy difícil que alguien pudiera estafar de forma similar, ¿o no?
Esta es una reflexión que propuse al profesorado en formación en el marco de la asignatura “Didáctica de la probabilidad”. En la Licenciatura en Enseñanza de las Matemáticas se busca, entre otros objetivos, dentro de las didácticas específicas, incorporar una visión de procesos matemáticos más humanos, vinculados a la pertinencia y a los Derechos Humanos y reconocer cómo una buena alfabetización matemática puede favorecer también los procesos de formación ciudadana.
La pregunta entonces es: ¿Qué tiene que ver lo anteriormente expuesto con las estafas o esquemas Ponzi actuales? Pensar en la toma de decisiones y otorgar herramientas matemáticas para entender y defenderse de ciertas situaciones de vulnerabilidad, sacan a las matemáticas de su rol abstracto y alejado de lo social para ingresar al contexto de la practicidad en la vida real. No es casualidad que en los tiempos de crisis como los mencionados al inicio, precisamente cuando existe más desesperación y ansiedad en las personas derivada de afectaciones económicas, sea cuando más proliferen este tipo de estafas y de personas que caen en éstas.
Si bien, pareciera que, por una parte, tenemos más acceso a la información y a formas de desenmascarar estas estafas, también es cierto que la hiperconexión digital y las redes sociales actuales aumentan de la misma forma el bombardeo de información y por supuesto, diversifica y vuelve más atractiva la persuasión. En otras palabras, la interacción en el espacio virtual favorece la proliferación de este fenómeno de estafa.
Aquí considero pertinente aclarar que existen diferencias entre los esquemas Ponzi/estafas piramidales y los esquemas multinivel, que si bien tienen elementos en común, hay uno central que marca la frontera entre participar en una estafa como tal y participar en un proceso, que si bien puede ser dudosa su dimensión ética, no es precisamente un fraude. Es decir, existe un elemento que comparten ambas modalidades y es la parte motivacional, la persuasión basada en el manejo de las emociones y no en lo racional, así como el ofrecimiento de soluciones financieras a muy corto plazo. Estos elementos les son muy útiles a quienes operan estos sistemas y se aprovechan del momento de crisis o confusión cuando la o las víctimas potenciales en la población participante se encuentra en dificultades financieras o con vulnerabilidad mental.
En contraste, en un esquema multinivel, existe un producto o un servicio, que, si bien como se comenta, va desde productos milagro, con sobreprecio, de mala calidad o todos los anteriores, el producto existe. Quienes reciben invitación a participar en este tipo de esquemas, van generando comisiones tanto por la propia venta del producto, como por el ingreso (por invitación) de nuevos miembros. Esta es la enorme diferencia con las estafas piramidales o esquemas Ponzi, donde no existe ningún producto o servicio, sólo se “invierte” el dinero, aunque nunca queda clara la manera en que esas inversiones operan.
Dada la reflexión inicial, cuestionar no requiere de matemáticas sofisticadas al poner al menos algunos de los elementos en juego. Es decir, podemos partir del sentido común. Por ejemplo,¿cuánto tiempo puede sostenerse un sistema donde permanentemente hay que estar invitando e incorporando nuevos miembros? Más allá de lo obvio en que los y las posibles participantes son un número finito, lo más relevante en este caso es considerar la rapidez con la que el sistema de invitación puede colapsar.
Empecemos con lo básico. Cada persona involucrada (persona 1) tiene que invitar a 2 más, esas dos a otras dos (4), estas a su vez a otras dos (8) y así sucesivamente, lo cual genera una secuencia como esta: 1, 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 512, 1024, etc. Esto quiere decir que apenas a la novena invitación del esquema, ya estamos hablando de miles de participantes.
Por otra parte, más allá de esto, es muy probable que nuestros círculos familiares, vecinales, laborales o de amistades sea más reducido que esto, y que muchas personas que conocemos ya hubiesen sido invitadas por alguien o bien, simplemente no acepten la invitación a participar. Así de fácil y de rápido puede colapsar una modalidad de estas, siendo únicamente quienes forman parte de los primeros niveles quienes se lleven los aportes de los últimos y estos últimos a su vez, quienes corren el riesgo de perderlo todo.
Les invito a preguntar en sus círculos cercanos si alguien ha sido invitado o invitada a participar en una modalidad de este tipo, donde podemos ubicar algunas alertas para detectar a las personas estafadoras:
Suelen llegar por invitación de alguien cercano, con ciertos rasgos de secretismo, pues se presentan como oportunidades únicas de negocio.
Se muestran con cierto lenguaje sofisticado, donde palabras como emprendimiento, disruptivo o liderazgo aparecen frecuentemente.
Se muestran historias de éxito, normalmente de carácter ostentoso como viajes, propiedades o restaurantes de lujo y se comenta que quien es invitado puede acceder a todo esto de forma rápida.
Siempre existe un desembolso inicial y la petición de reclutar a más personas.
Si usted es invitado o invitada a participar en un «emprendimiento» de esta naturaleza que presente algunas de estas características, tiene una oportunidad única que es cuestionar e investigar con calma antes de tomar la decisión de participar.
Lo anterior forma parte de un proyecto editorial sobre alfabetización matemática para la ciudadanía, proyecto realizado en conjunto con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y la editorial Cenejus para ser publicado a finales del año en curso.
*Profesor investigador de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Colima. jcuevas0@ucol.mx
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