Por José Luis Negrete Ávalos
Una de las naciones que destaca por su importancia económica, política y militar son los Estados Unidos de América, el vecino cercano de México en temas de migración, tratados de libre comercio, entre otros muchos aspectos que inevitablemente propician una interacción necesaria y mutua, pero que al mismo tiempo se establece un cierto conflicto a raíz de las problemáticas comunes entre ambos países.
Al estar bajo un sistema democrático en los EUA la elección presidencial se realiza cada 4 años, a través del Colegio Electoral compuesto por 538 electores que representan a los miembros del Congreso y 3 electores para el Distrito de Columbia, considerando la cantidad de votos de acuerdo al número poblacional en los distintos estados.
Dejando claro que los estados más grandes cuentan con mayor cantidad de votos, mostrando un proceso totalmente distinto al utilizado en México y en otras partes del Mundo, pues la dependencia del resultado está centrada en la definición de 270 votos que establecen al ganador o ganadora.
La fecha principal para el desarrollo de estos comicios fue el pasado 5 de noviembre, en donde no solo estaban puestos los intereses de los de los propios estadounidenses a través de posturas entre Republicanos y Demócratas, además, de la observación la comunidad latina y afroamericana dentro de esta nación, a partir de ello se esperaban distintos escenarios.
De esta manera, bajo el respaldo de los republicanos Donald Trump obtuvo la ventaja en dichos resultados con 277 votos, mientras que Kamala Harris aparecería con 224 votos, perfilando de esta manera la victoria del empresario con (51% sobre 47.5%, The Associated Press)
Considerando este panorama la pregunta que debe señalarse es: ¿La influencia del próximo presidente de Estados Unidos y su postura radical hacia México será perjudicial?
Ante los antecedentes de su gestión anterior, en donde Donald Trump enfatiza su discurso anti inmigrante, y la constante presión por disminuir la cooperación con nuestro país, esta situación podría darse con más intensidad, dependiendo por supuesto de cómo sea abordado por parte del gobierno mexicano.
Así mismo, el entorno que pueda derivarse a partir del triunfo republicano con la dificultad en el tema geopolítico al ser vecinos directos, todo quedará en la espera y la negociación diplomática, a la par de la defensa de los derechos de los connacionales o representación real de la soberanía en futuras decisiones bilaterales.
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