El fiscal especial Jack Smith, que investiga a Donald Trump en 2 casos federales (el asalto de sus simpatizantes al Capitolio y el traslado de documentos secretos a su residencia de Mar-a-Lago) planea dimitir antes de que el líder republicano asuma la presidencia el próximo 20 de enero.
Según informó el New York Times y luego confirmaron otros medios con fuentes cercanas al propio fiscal, junto a Smith presentaría su dimisión todo su equipo, dependiente del fiscal general Merrick Garland.
La dimisión de Smith se adelantaría a su más que probable cese, pues Trump ha dicho públicamente que lo despediría “en dos segundos” nada más asumir la presidencia.
Pero queda pendiente saber si antes de su dimisión entregará el informe al fiscal general Garland, como prescribe la ley, y si este decidirá hacerlo público antes del 20 de enero. El NYT asegura que Smith no quiere dejar esa tarea para su eventual sucesor y piensa entregar ese informe antes de presentar su dimisión.
Trump y su entorno ponen frecuentemente al fiscal especial Smith como ejemplo de la presunta politización de la justicia por parte de la administración de Joe Biden contra él. Sin embargo, el futuro gobernante también ha reclamado su derecho, una vez que sea presidente, a poder intervenir en las decisiones del Departamento de Justicia.
Los presidentes de Estados Unidos nunca han sido perseguidos por el Departamento de Justicia y el pasado julio el Tribunal Supremo resolvió que Trump tenía inmunidad “absoluta” por los actos cometidos durante su tiempo en el cargo, sin que quede claro cómo afectaría eso a los casos investigados por Smith.
El equipo legal de Trump ha insistido en las últimas semanas en el argumento de que un presidente electo goza de las mismas garantías que un presidente en ejercicio y ejerce presión para que se abandonen todos los cargos que pesan sobre él en esos 2 casos citados, pero también en el juicio en Nueva York, pendiente solo de sentencia, por el pago irregular a una actriz porno.