Por José Luis Larios García
En 1824, fue un año importante para el estado de Colima, ya que se constituyó como territorio de la federación mexicana y haberse otorgado el título como ciudad a la villa de Colima y al pueblo de Almoloyan, villa. En ese año, también surgieron otros acontecimientos sobresalientes, como el fallecimiento del obispo de Guadalajara Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, acaecido el 28 de noviembre en el rancho de los Delgadillos, del curato de Nochistlán de Mejía, Zacatecas, quien realizaba una visita pastoral. Duró en su cargo episcopal 28 años, 4 meses y 9 días. La noche del 1 de diciembre el cuerpo del difunto obispo, fue trasladado a Guadalajara, recibiéndolo con más de mil luces y entre lágrimas y suspiros de un pueblo que amaba a su prelado (Garibi, 1912: 26).
En Colima la noticia llegó un poco tarde de tan lamentable acontecimiento, por lo que fue necesario reunir a la curia católica del territorio para llevar a cabo la liturgia correspondiente. De acuerdo a lo estipulado por la diócesis de Guadalajara, se remitió el mensaje a los curatos de Colima, Almoloyan, Ixtlahuacán, Tecomán, Tonila, Pihuamo, y Jilotlán. La correspondencia clerical dice:
“Nos el Dr. D. Toribio González prebendad de esta Santa Iglesia Catedral, provisor y vicario capitular con la plenitud de facultades, por el excelentísimo venerable Señor Decano y cabildo de la misma Santa Iglesia sede vacante por muerte del excelentísimo e ilustrísimo Señor Doctor Don Juan Cruz Ruiz de Cabañas de la Gloria memoria obispo que fue de esta diócesis. Por cuanto el día 28 del pasado noviembre a las seis de la tarde, fue Dios Nuestro Señor servido llevarse para sí, a dicho nuestro Excelentísimo e Ilustrísimo Prelado el Señor Doctor Don Juan Cruz Ruiz de Cabañas, después de una dilatada y penosa enfermedad cuyo asidente (sic) y falta nos tiene con el quebranto y dolor que se puede considerar por lo mal y ser muestra precisa obligación dar orden para que se hagan en las Iglesias parroquiales de esta Diócesis las honras y exequias funerales y demás sufragios que se acostumbran y correspondan a su dignidad santoral. Por tanto por el tenor del presente mandamos a todos los curas y demás personas a quienes toca y tocar puede, el que luego que se reciba este ilustrísimo edicto se publique para que llegue la noticia de todos, y con el mayor fervor y exactitud pongan dichos curas en ejecución las expresadas honras y exequias y demás sufragios acostumbrados dentro de los ocho días que previene el concilio 3° mexicano que le impone el mismo concilio en el libro 3°, título 10 de aplicar una misa por la alma de Nuestro difunto prelado dentro del cuarto día, coadyuvante y moviendo al pueblo para que pidan a Dios Nuestro Señor nos conceda un sucesor como convenga a su santo servicio y sin pérdida de tipo harán dichos curas el que conforme al decreto que va sentado para luego al cura que sigue de que se otorgará recibo por cada uno de ellos respectivamente siendo de cargo del último devolverlo a esta Secretaría de Gobierno. Dado en la ciudad de Guadalajara a 7 de diciembre de 1824; firman Toribio González y José García” (AHPSJ).
En la iglesia parroquial, sus feligreses presenciaron una misa en su honor a quien fuera benefactor del pueblo de Colima. El obispo Cabañas entre sus obras fue apoyar la reparación de los caminos de barracas, donó la cantidad de 4 mil pesos. Proporcionó auxilio a las víctimas de los terremotos de 1806 y 1818. Otorgó ayuda y la licencia para construir una nueva parroquia, tras haberse incendiado el 4 de octubre de 1812, en el santoral de San Francisco de Asís, se adoraba el altar a Nuestra Señora del Rosario. Expidió la licencia del primer camposanto en 1803 (Larios, 2023:29).
El recinto sagrado fue decorado con flores naturales de la región. En altar mayor instalaron velas labradas y un atril de plata con acabados de manera de cedro. En lo más alto, estaba Nuestro Señor Crucificado de bulto con una corona de plata y a lado la imagen de la Santísima Virgen de Dolores. En la mesa de la eucaristía se colocaron las vinajeras y una peana forrada de plata. Al extremo derecho se ubicaba el altar de San Pedro, mientras a la izquierda San Felipe de Jesús, patrono de Colima (AHPSJ).
Se dice que nunca visitó la villa de Colima, pero mantuvo una fuerte relación y cercanía con los párrocos de la provincia, como el cura beneficiado Felipe González de Islas, ferviente servidor de Dios y de la política local. El obispo Cabañas en una misa solemne en Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, coronó a Iturbide como emperador (Garibi, 1912: 25). De sus principales legados fue establecer la Casa de Misericordia, sede del Instituto Cultural Cabañas, ubicado en Guadalajara, Jalisco.
Bibliografía
Archivo Histórico de la Parroquia de San Felipe de Jesús, Colima (Beaterio).
Dávila Garibi, J. I. (1912). “Apuntes biográficos del excelentísimo e ilustrisimo don Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, obispo electo de la sede de León de Nicaragua y gobernador de la Guadalajara, en la Nueva Galicia”. Anales Del Instituto Nacional De Antropología E Historia, 3(4), 1–39. Recuperado a partir de https://revistas.inah.gob.mx/index.php/anales/article/view/6892
Larios García, J. L. (2023). Festividades con regocijo en el proceso y consolidación de la Independencia en Colima, Colima, Archivo Histórico del Municipio de Colima.
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.
