La Universidad de Colima (UdeC), desde su fundación, ha sido una impulsora del conocimiento y desarrollo social en nuestra región. Pero más allá de sus aulas, laboratorios y auditorios, destaca un pilar esencial que consolida su compromiso con la comunidad: su vocación altruista, reflejada de manera ejemplar en las acciones del Voluntariado Universitario, dirigido, ahora, por Blanca Liliana Díaz Vázquez.
El Voluntariado Universitario no es solo un programa; es un movimiento que inspira, une y transforma. Su trabajo ha trascendido los límites de la institución para convertirse en un puente entre quienes tienen la capacidad de ayudar y quienes más lo necesitan. Las actividades que realiza abarcan desde la asistencia a sectores vulnerables hasta la promoción de valores como la empatía, inclusión y solidaridad, contribuyendo a la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Uno de los aspectos más notables de ese esfuerzo es la capacidad de involucrar a estudiantes, docentes y trabajadores universitarios en una dinámica que fomenta el desarrollo integral de cada participante. No se trata solo de dar, sino de aprender en el proceso, de enriquecer la propia humanidad al compartir tiempo, conocimientos y recursos con los demás.
El impacto del Voluntariado Universitario es tangible. Ya sea mediante campañas de recolección de alimentos, jornadas de salud, acciones a favor del medioambiente, apoyo a comunidades o programas de acompañamiento a personas en situación vulnerable, cada acción se convierte en un testimonio del compromiso social que distingue a nuestra Universidad.
Detrás de cada logro de la UdeC se nos recuerda que la verdadera grandeza de una institución no radica solo en sus logros académicos, sino en su capacidad para tender la mano a quienes más lo necesitan.
En un Mundo donde la indiferencia parece ganar terreno, la Universidad de Colima demuestra que es posible marcar la diferencia y el Voluntariado Universitario es una prueba.