Innovar el currículo educativo desde la práctica reflexiva
Por Briseda Noemí Ramos Ramírez*
En el tema de la innovación educativa, aludimos que una práctica es innovadora cuando hay cambios no solo en los medios o recursos, sino también en la reestructuración y transformación de la enseñanza, en la forma en cómo se estructuran las estrategias para enseñar y aprender; es decir, en el planteamiento que se hace, no solo desde el currículo, sino en la construcción y representación de la práctica del docente.
Es por ello que el discurso sobre la relevancia del desempeño docente en la innovación del currículo ha sido fortalecido en cada intento por transformarlo; retomando los estudios sobre el pensamiento docente, las teorías implícitas sobre la enseñanza y el aprendizaje, las concepciones y representaciones que el profesorado tiene sobre cierto modelo o teoría educativa, entre otros, de tal manera que, al identificar qué piensa la persona docente sobre el currículo a implementar, se supondría cómo será efectuado en la práctica, pues su concepción implícita queda al descubierto al manifestar su representación explícita en la práctica docente.
Ante tal hecho, queda claro que cambiar las concepciones o pensamientos de la persona docente sobre un modelo educativo no será tarea fácil, pues implica un proceso de búsqueda, asimilación y apropiación sobre el modelo o enfoque educativo aplicado por la propia persona docente; dicho proceso debe contemplarse desde el currículo.
Asimismo, cuando la persona docente ya está inmersa en un plan de estudios con ciertas características que implican innovaciones constantes en el proceso de enseñanza y que exigen prácticas contundentes y acordes a esa estructura en los procesos, se debe aludir al trabajo asentado en el currículo, que puede incluir una orientación para lograrlo, a partir de las propuestas metodológicas para la enseñanza innovadora, pero también mediante procesos de práctica reflexiva.
Centrando la atención en este último aspecto, habrá que señalar que la práctica reflexiva no es un tema reciente, pero se ha ido dejando de lado y poco se le ha dado relevancia en el currículo. ¿Cómo podría incluirse esta práctica reflexiva en el currículo? En el texto de perspectivas curriculares para la innovación y la práctica reflexiva en el posgrado, se analiza el tema desde el marco del posgrado, destacando la relevancia que tiene la reflexión en la práctica del profesorado y cómo este proceso puede cambiar las prácticas educativas. En este documento se enlistan tres acciones que pueden ser una guía para lograr la integración de la reflexión en la práctica desde el currículo:
1) El ejercicio de la práctica reflexiva docente, que se hace de manera individual y puede iniciar con la observación de lo que ocurre en el aula y la comunidad educativa. En este ejercicio, la persona docente puede hacerse preguntas como: ¿Cuál es la situación problema?, ¿qué hago?, ¿qué significa esto?, ¿qué consecuencias o efecto ha tenido mi actuación?, ¿cómo podría hacer las cosas de manera diferente? Quizá un momento crucial para plantearlas sea al revisar la evaluación semestral realizada por las y los estudiantes; al momento de iniciar una nueva asignatura, durante el proceso educativo o al experimentar un cambio de asignatura.
Al tener un ejercicio de reflexión constante, la práctica tendrá un cambio que se verá reflejada en términos generales en el currículo y, por ende, la forma de concebir los procesos de formación será adaptada al contexto y a las necesidades de los individuos. En conjunto, el resultado es esa disrupción conceptual del currículo, haciéndolo propio y ajustado a la medida de las necesidades contextuales:
2) La práctica reflexiva en academias. Es probable que este ejercicio de reflexionar en colegiado nos resulte más familiar; sin embargo, esta práctica no se trata de hacer una reunión al inicio o al término del semestre para charlar sobre lo que se espera o aconteció en el ciclo escolar, se trata de llevar la reflexión de la propia práctica con el colegiado. Entonces, ¿cuál es el enfoque de la reflexión conjunta? Ésta debe iniciar con la selección de un elemento para la reflexión. Autores como Àngels Domingo Roget, proponen en su libro La práctica reflexiva: nueva perspectiva para la formación docente, un método que inicia con la selección de un hecho puntual para reflexionar, este hecho se reconstruye a posteriori, después se hace una reflexión individual autorregulada, se continúa con una reflexión grupal y se concluye con la planificación de la nueva intervención. De este modelo resaltamos la acción de la reflexión individual como eje para el análisis colaborativo, el trabajo en pequeños grupos y el diálogo reflexivo, lo que conduce a la integración de cuatro elementos didácticos: experiencias, reflexiones, interacción con los demás y conocimiento teórico.
3) La práctica reflexiva institucional. Entre los elementos que favorecen la mejora de la práctica, la innovación y el proceso educativo se encuentran las condiciones institucionales para el desempeño docente. El ideal de estas condiciones mantiene características esenciales como: flexibilidad, apertura al diálogo, disponibilidad de recursos, oferta de capacitación para la mejora del profesorado, entre otras. La pregunta es ¿cómo participa la institución en el proceso de práctica reflexiva? La propuesta se centra en: la apertura a incentivar la práctica entre la comunidad académica y estudiantil; fomentar la investigación sobre los efectos de la práctica reflexiva en el currículo, en la dinámica del proceso de enseñanza y aprendizaje y, en el diseño de evaluaciones centradas en el proceso de construcción educativa y no en los resultados académicos. Los efectos no solo se centran en la mejora de la educación, sino también en los procesos de innovación educativa. En este sentido, podemos señalar que se ha logrado innovar cuando en las personas actoras de la educación, principalmente cuando en el profesorado y estudiantado se observa una transformación de las concepciones y prácticas educativas.
En suma, introducir la perspectiva reflexiva en el currículo y en la práctica educativa es una tarea que se construye desde la mirada de las propias personas actoras en la educación, pero también de las instituciones que desarrollan el modelo educativo. El liderazgo de éstas es parte fundamental para el logro de innovaciones educativas constantes que no solo deberán surgir de las tendencias que imperan en el momento, sino del pensamiento reflexivo del profesorado, estudiantes y de la institución.
*Profesora de Tiempo Completo de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Colima
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.