Superando la cuesta de enero: resiliencia empresarial.
Por Alma Ruth Rebolledo Mendoza**
El fenómeno de la cuesta de enero es recurrente y afecta a las y los consumidores, así como a las empresas de cualquier giro y tamaño, pero también a las pequeñas y medianas (Pymes). Este periodo, marcado por una disminución del poder de compra y variaciones en la conducta del consumo después de las celebraciones de diciembre, presenta desafíos significativos. No obstante, proporciona acceso a oportunidades estratégicas que pueden ser exploradas mediante el branding y el marketing, componentes esenciales para potenciar la resistencia de la empresa.
Como se ha mencionado, el branding va más allá de un logotipo o una frase; es el eje que vincula de manera emocional a la marca con su clientela. En la cuesta de enero, donde las personas muestran sensatez en sus gastos, las marcas han establecido vínculos fuertes, genuinos con su público y poseen una ventaja competitiva.
Una estrategia de marca eficaz es generar confianza y valor. Las compañías tienen la capacidad de fortalecer su oferta de valor mediante mensajes consistentes y empáticos que identifiquen las inquietudes del consumo, como su necesidad de economizar. Por ejemplo, campañas que resalten productos fundamentales a costos accesibles o acciones de responsabilidad social empresarial pueden tener un mayor impacto en las personas y promover su lealtad.
La implementación de estrategias de marca emocional puede hacer una diferencia. Las marcas que se dirigen a los sentimientos y valores de su clientela consiguen mantener su relevancia en periodos de limitación financiera. Promociones que refuercen la idea de “cuidar el bolsillo de las familias” o que destaquen la importancia del ahorro pueden posicionar a la empresa como un aliado confiable en tiempos difíciles.
Se pueden utilizar estrategias digitales como el uso de redes sociales, email marketing y sitios web que juegan un papel crucial en la conexión con el consumo durante este periodo. A través de estas herramientas, las empresas pueden mantener una comunicación constante y directa con su público objetivo, ajustando sus estrategias en tiempo real según las respuestas obtenidas.
Una táctica efectiva es el uso de campañas basadas en el análisis de datos. Al comprender los patrones de compra y las preferencias de las personas, las empresas pueden personalizar sus ofertas y crear promociones que sean atractivas. Por ejemplo, ofrecer descuentos exclusivos para suscriptores de newsletters o seguidores en redes sociales puede incentivar la compra y, al mismo tiempo, fortalecer la relación con la marca.
Mantener a la clientela existente puede ser hasta 5 veces más rentable que adquirir nueva. Por ello, las estrategias de fidelización son cruciales durante la cuesta de enero. Programas de lealtad, recompensas por compras frecuentes y descuentos personalizados son ejemplos de tácticas que pueden incrementar la retención.
El enfoque en el servicio juega un papel crítico. Las personas buscan experiencias positivas y soluciones rápidas a sus problemas. Un servicio excepcional puede convertir a una persona satisfecha en un embajadora de la marca, amplificando su alcance de manera orgánica.
En términos operativos, la optimización de inventarios es esencial para evitar costos innecesarios y maximizar los recursos disponibles. Analizar los reportes de ventas de consumo pasadas permite a las empresas anticipar qué productos serán demandados y ajustar su oferta en consecuencia.
En el sector retail, la oferta de facilidades de pago, como meses sin intereses, puede ser decisiva para atraer a clientes con presupuestos ajustados. En servicios, promociones como “paga uno y obtén otro a mitad de precio” pueden incentivar la demanda mientras se mantienen los márgenes de ganancia.
La motivación del equipo es un factor que no debe subestimarse durante la cuesta de enero. El personal es el rostro de la marca ante la clientela, y su desempeño puede influir directamente en su percepción. Incentivos no monetarios, capacitaciones sobre manejo de crisis y una comunicación clara sobre los objetivos empresariales pueden mantener al personal comprometido y enfocado.
Las compañías necesitan adoptar la innovación como un impulsor de la resiliencia. Esto incluye la adopción de nuevas tecnologías, pero la implementación de modelos de negocio más flexibles que respondan a los cambios del entorno. Como las alianzas estratégicas con otras marcas pueden generar beneficios mutuos y ampliar la base de clientes.
Resulta imprescindible el estudio continuo de riesgos y oportunidades. Las compañías tienen que prestar atención a elementos macroeconómicos, tales como la inflación y la dinámica de las tasas de interés, que pueden afectar la dinámica de la demanda, monitorear las tendencias emergentes del mercado permite identificar áreas de oportunidad que puedan ser explotadas para diferenciarse de la competencia.
A pesar de que se considera un reto la cuesta de enero, constituye una oportunidad para las compañías que adoptan una perspectiva estratégica. Mediante un branding sólido, estrategias de marketing digital eficaces y una estricta planificación financiera, las entidades pueden no solo superar este periodo, sino también consolidar su lugar en el mercado.
La resiliencia empresarial no se trata solo de resistir, sino de adaptarse y prosperar. En un entorno competitivo, aquellas marcas que logren conectar auténticamente con su clientela, optimizar sus recursos y mantenerse ágiles frente a los cambios serán las que emerjan fuertes al final de la cuesta.
*Esta columna es desarrollada por integrantes del UCOL-CA59 La mercadotecnia y su relación con las ciencias sociales, adscrito a la Facultad de Mercadotecnia de la Universidad de Colima.
**PTC – Facultad de Mercadotecnia – SNII Candidato
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