Vie. Dic 5th, 2025

ARTÍCULO: ¿Hasta cuándo seguirá siendo normal?

Por Redacción Mar4,2025

Por Yatziri Pérez*

Imagina que acabas de conocer a alguien. Crees que es el amor de tu vida a pesar de tener poco conociéndolo. Te dejas llevar por sus atenciones, regalos y por sus promesas sobre un futuro común donde la felicidad será constante; pasan unos meses, la relación sigue y deciden vivir juntos.

Pero entonces, empiezas a notar actitudes suyas que cuestionas si son dignas de un noviazgo. Al principio ya no “le gusta” como te vistes o con quien sales, luego da un giro más oscuro, pues comienza a golpearte, haciéndote creer que lo mereces y manipulando tus sentimientos y pensamientos hasta el punto de dudar de ti misma. ¿Es verdad? ¿Lo mereces? No es normal. Las relaciones se basan en un ambiente de confianza, respeto y, sobre todo, bienestar. Inclusive si hay errores por parte tuya o de la otra persona, nada justifica situaciones como las de esta historia. Lo que sucede aquí tiene un nombre: Violencia.

La violencia es definida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como la práctica de la fuerza física, con la intención de ejercer poder o atentar hacia uno mismo u otras personas, grupos o comunidades; tiene como consecuencia daños psicológicos, lesiones, privación o mal desarrollo y hasta la muerte. En este caso, hablaremos de la violencia hacia las mujeres.

De acuerdo la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, este acto puede llevarse a cabo en cualquiera de las siguientes modalidades:

– Familiar: ocurre dentro del hogar y generalmente el agresor tiene relación de consanguinidad o afinidad con la víctima. También abarca el abandono por parte de papá o mamá.

– Laboral: es ejercida por compañeros de trabajo, comúnmente, es el hostigamiento por parte de jefes o superiores, sin embargo, no importa el nivel jerárquico, cualquiera es susceptible. Son acciones como la humillación, explotación, intimidación, prohibición de la lactancia o ascender a un puesto que “es para hombres”.

– Digital: se lleva a cabo de manera tecnológica a través de la exposición, divulgación, transmisión e intercambio de contenido íntimo de la mujer sin su permiso, incluye, la agresión a las mismas por medio de tuits, mensajes, posts, entre otros.

– Mediática:  es la acción de crear estereotipos sexistas contra el género femenino, difundiendo odio, discriminación y desigualdad entre hombres y mujeres; ejercida por cualquier persona con la intención de atentar contra la autoestima, salud y seguridad femenil.

– Obstétrica:  es generada al momento del embarazo, pues la madre es juzgada, humillada y lastimada por la sociedad en los lugares que prestan servicios médicos. De acuerdo con el Gobierno de México (2016) estas son algunas de las acciones que pertenecen a este tipo de violencia: practicar cesárea sin consentimiento, obligar a parir de manera acostada o inmovilizada, negar a la madre la posibilidad de amamantar y cargar a su recién nacido/a y no atender correctamente las emergencias obstétricas.

– Violencia política contra las mujeres en razón de género: está relacionada con la limitación de ejercer efectivamente los derechos políticos y electorales de las mujeres, además, de prohibir el acceso a diferentes cargos funcionarios por el simple hecho de ser mujer. 

Existen varias clasificaciones de la violencia, entre ellas está la física, aquella que vulnera el cuerpo de la persona a través de golpes, sacudidas, estrujones, jalones de pelo. La violencia psicológica o emocional se refiere a la omisión de manipular los comportamientos y decisiones, llegando a intimidar, amenazar y humillar a las demás personas interviniendo en su salud mental.

Cuando somos tocados de una manera inapropiada y no deseada la coacción se vuelve sexual, en cambio, cuando la otra persona chantajea con el dinero, controlándolo a su antojo y de manera individual la profanación tiene un enfoque económico; la violencia de género se ejerce hacia una persona por su género. Nace de la desigualdad y el abuso de poder.

Por último, el tipo simbólico, impone estereotipos sobre las personas, por ejemplo, sobre su cuerpo, vestimenta, color de piel, entre otros.

Para estos tipos de violencias se han decretado varias leyes, por ejemplo: para la violencia digital se promulgó la Ley Olimpia, la cual establece distintas sanciones contra quienes difundan videos o fotografías íntimas ajenas. Fue impulsada por Olimpia Coral Melo en 2014, cuando a los 19 años fue expuesta sexualmente en un video por su expareja.

La Ley Monzón promueve la protección infantil de los padres feminicidas (normalmente hace alusión al hombre que asesina a una mujer o niña solo por su sexo), adopta su nombre en honor de la abogada y activista Cecilia Monzón Pérez, quien fue asesinada por Javier L. Z., con el que tenía un hijo (me es relevante mencionar que incumplía su obligación paternal). Esta ley busca prohibir a los padres feminicidas la patria potestad sobre sus hijos.

Para los padres irresponsables como Javier existe la Ley Sabina que busca proteger a las infancias de los deudores alimentarios. Impulsada por Diana Luz Vázquez Ruiz (madre de la pequeña Sabina), quien no recibe manutención por parte del padre; aspira a castigar a quienes burlen e incumplan con sus responsabilidades.

Para dar fin a casos de feminicidios impunes existen la Ley Ingrid y la Ley Monse, que buscan sancionar a los cómplices de asesinatos.

Para sancionar los ataques femeninos se implementó la Ley Malena. No todas están aprobadas, como la Ley Sabina, pero tienen un mismo objetivo: protegernos y abrirnos paso a una vida segura y libre de violencia.

Algunas estrategias para erradicar la violencia, según Editorial Etecé (2025) y ONU Mujeres (2024), son:

– Escuchar y creer en las sobrevivientes. Hablar es el primer paso que las mujeres dan para romper el ciclo de violencia; debemos entender que el agresor es el único responsable de la situación y apoyar a que las víctimas alcen la voz.

– Educar a las nuevas generaciones. Lo importante es instruir a niños y niñas por igual, enseñarles qué es la violencia, eliminar todos los estereotipos sociales y hacerles saber la importancia de respetar las palabras “si” y “no”.

– Servicios adecuados, tales como refugios, líneas de atención y asesoramiento en donde se garanticen sus derechos y se les tenga un trato de calidad.

– La importancia del consentimiento.

– Aprender cómo ayudar ante estas situaciones. Es sustancial conocer los tipos de violencia y todo lo que conlleva para identificar cuando alguien esté sufriendo ese flagelo.

Fuentes

Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero. (s/f). Tipos y Modalidades de Violencia. Extraído de: http://www.cdheg.org/unidaddegenero/tipo/Tipos_y_Modalidades_de_Violencia

Editorial Etecé. (2025). Violencia. Extraído de: https://www.unwomen.org/es/articulos/articulo-explicativo/actua-10-maneras-para-contribuir-a-erradicar-la-violencia-contra-las-mujeres

Gobierno de México. (2016). ¿Sabes en qué consiste la #Violencia obstétrica?. Extraído de: https://www.gob.mx/conavim/articulos/sabes-en-que-consiste-la-violencia-obstetrica?idiom=es

ONU MUJERES. (2024). Actúa: 10 maneras para contribuir a erradicar la violencia contra las mujeres. Extraído de: https://www.unwomen.org/es/articulos/articulo-explicativo/actua-10-maneras-para-contribuir-a-erradicar-la-violencia-contra-las-mujeres

Organización Panamericana de la Salud (OPS). (s/f). Prevención de la violencia. Extraído de: https://www.paho.org/es/temas/prevencion-violencia

*Estudiante de sexto semestre de la Licenciatura en Pedagogía en la Universidad de Colima.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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