Savia de palma de coco: una bebida tradicional, estrategias nutricionales y factores sociodemográficos para la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas no transmisibles
Por Doctor Gustavo Alejandro Hernández Fuentes*
Actualmente trabajo en la identificación de factores sociodemográficos protectores y de riesgo para cáncer de mama y leucemia en el estado de Colima. Durante esta investigación, he identificado un elemento único en los hábitos locales: el consumo de la tuba, una bebida fermentada tradicional que tendría un papel significativo en la prevención de enfermedades no transmisibles (ENT).
Estas enfermedades, como el cáncer, la diabetes y las patologías cardiovasculares, son responsables de una gran carga de morbilidad y mortalidad a nivel mundial. En este contexto, la tuba, derivada de la savia de palma de coco (Cocos nucifera), destaca no solo por su valor cultural, sino también por sus posibles beneficios nutricionales y terapéuticos. En Colima, la savia que pasa por un proceso natural de fermentación es conocida como tuba, y conserva propiedades nutricionales valiosas que aún no han sido completamente exploradas.
La savia de palma de coco, recolectada mediante métodos artesanales, es un líquido dulce que cada árbol puede producir en volúmenes de 1 a 1.5 litros diarios. Este producto, muy popular en la región del Pacífico mexicano, es consumido fresco o mezclado con frutas, flores de jamaica o maní, y forma parte del patrimonio culinario local. Estudios realizados en otras regiones del mundo han revelado que esta savia contiene azúcares simples (glucosa, fructosa, sacarosa), fructooligosacáridos (FOS), aminoácidos esenciales y vitaminas del complejo B, entre otros compuestos bioactivos.
La microbiota involucrada en la fermentación de la tuba juega un papel crucial en su perfil nutricional y funcional. Se han identificado microorganismos como Lactobacillus sp. y levaduras como Saccharomyces chevalieri, que contribuyen a la fermentación y generan compuestos con potenciales propiedades antioxidantes, antiinflamatorias e inmunomoduladoras. Estos beneficios serían clave en la prevención de ENT al regular procesos metabólicos e inflamatorios en el organismo.
Un aspecto que llama la atención es el contenido de fructooligosacáridos en la tuba. Estas moléculas tienen efectos prebióticos, lo que significa que fomentan el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino, ayudando a regular el metabolismo de los carbohidratos y mejorando la salud metabólica en general. Además, los metabolitos secundarios producidos durante la fermentación poseerían actividad antiproliferativa o antioxidante, lo que abre posibilidades interesantes para explorar su impacto en la prevención del cáncer.
Además de los compuestos bioactivos mencionados, la tuba también ha demostrado ser una fuente rica en vitaminas y minerales esenciales. Entre las vitaminas que se encuentran en la savia de palma de coco se destacan las del complejo B, como la tiamina (B1), riboflavina (B2) y ácido fólico (B9), que son fundamentales para el metabolismo energético y la salud del sistema nervioso. Asimismo, se ha detectado la presencia de vitamina C, un potente antioxidante que juega un papel crucial en la protección contra el daño celular y la función inmunológica.
En cuanto a los minerales, la tuba contiene importantes cantidades de potasio, magnesio y calcio. El potasio es esencial para el equilibrio de líquidos y la función muscular, mientras que el magnesio contribuye a la regulación de la función nerviosa y muscular, y es vital para el proceso de síntesis de proteínas. Por su parte, el calcio es conocido por su importancia en la salud ósea y dental. Estos nutrientes, presentes en la tuba, no solo apoyan la salud metabólica, sino que también pueden tener un impacto positivo en la prevención de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, al ayudar a regular los niveles de presión arterial. El perfil vitamínico y mineral de la tuba refuerza su potencial como un alimento funcional, con propiedades que van más allá de su valor energético, convirtiéndola en una opción atractiva para promover una salud óptima.
No obstante, para comprender completamente el potencial de la tuba como alimento funcional, es necesario superar desafíos científicos y tecnológicos. Se requiere una caracterización más detallada de la savia y la tuba producida en diferentes regiones, incluyendo Colima, para identificar los metabolitos específicos que generan estos beneficios. Además, es fundamental estandarizar las condiciones de recolección y fermentación para garantizar la consistencia de sus propiedades nutricionales.
Parte de esta información fue publicada en una carta al editor de la editorial SCITECH, en el Journal of Nutrition and Diet Management ScitechJournals (https://www.scitechjournals.com/journal-of-nutrition-and-diet-management/archive/jndm-vol-1-issue-1-year-2023.html). Estos hallazgos forman parte de un esfuerzo más amplio por identificar recursos locales que puedan contribuir a la salud pública. Uno de los factores que he encontrado en la población de Colima durante mis investigaciones es el consumo regular de tuba, lo que plantea preguntas importantes sobre su posible rol como factor protector contra enfermedades crónicas.
Mi interés en este tema radica en la importancia de abordar las ENT desde un enfoque preventivo, integrando conocimientos tradicionales con avances científicos. El consumo de productos locales como la tuba no solo ofrecería beneficios para la salud, sino también fortalecería la identidad cultural y económica de las comunidades.
*Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Colima, investigador posdoctoral en la Facultad de Medicina, profesor de la Facultad de Ciencias Químicas de la misma institución y miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) Nivel 1.
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