Dom. Mar 30th, 2025

COLUMNA: Escaparate Político

Por Redacción Mar26,2025 #Opinión

Por Amador Contreras Torres

(Segunda de 2 partes)

LO RELEVANTE. Hace 31 años en el Monumento a la Revolución, el 6 de marzo de 1994, el candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta pronunció un fuerte discurso en el que parecía deslindarse del modelo neoliberal y de su mentor el presidente Carlos Salinas de Gortari. “Veo un México de gente agraviada por la soberbia de las oficinas gubernamentales; veo un México con hambre y sed de justicia; de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla; de mujeres y hombres afligidos por el abuso de las autoridades”. Ante la necesidad de relanzar su campaña, por la rebelión zapatista en Chiapas, que le quitaba reflectores a su candidatura presidencial, Colosio, en algo inédito y fuera de lo común, se atrevió a dejar atrás la ciega lealtad al PRI y esbozó las líneas de un nuevo camino. Ante miles de mexicanos en el histórico monumento a la revolución Colosio pronunció el mejor discurso del México contemporáneo; un discurso macizo, fuerte y esperanzador, pero que parecía peligrosamente independiente de la obra y el rumbo del todavía presidente Carlos Salinas. LA RUPTURA. Muchos priistas de la vieja guardia, de la nomenklatura, aplaudieron con fuerza, pero a la vez, arquearon la ceja y hubo preocupación por la seguridad y la integridad personal del candidato presidencial que se había atrevido a deslindarse con un fuerte discurso de autocrítica al sistema político imperante, tan piramidal, presidencialista, tan fuerte excluyente y cerrado, y que, por ende, no admitía el menor disenso, así fuera una obligada figura retórica. Fue tan fuerte el discurso y tan peligroso el deslinde que apenas 17 días después el abanderado presidencial del PRI sería asesinado en un mitin en Tijuana, en Lomas Taurinas, un lugar pedregoso, en una zona de alta marginación, una verdadera trampa, una emboscada tipo Chinameca, cuando asesinaron a Emiliano Zapata en 1919. Hasta la fecha la versión oficial es que fue abatido por un asesino solitario, Mario Aburto; pero después hubo muchas dudas y especulaciones y se habla de que el asesino original fue “cambiado” por otro sujeto, y de que había, en el mitin, varios “Aburtos” varios individuos de la misma complexión y parecido físico, para inducir a la confusión propia de una conspiración. Se habla de un crimen de estado, pero al presidente Salinas se le vio muy abatido y bajó 6 kilos en apenas una semana. Con el paso de los años, persisten las dudas y las especulaciones. Se sospecha del ex presidente Salinas, pero nunca se ha probado y lo que persiste es la tesis de un asesino solitario. LA NOMENKLATURA. Los enemigos de Salinas, culparon del asesinato a Carlos Salinas. Los enemigos de Salinas, se nuclearon en torno al ex presidente Luis Echeverría y culparon del crimen a Salinas en el contexto de una intensa lucha por el poder. Incluso, a punto estuvieron de arrebatar al presidente Salinas, la facultad de designar al sucesor, y trataron de reventar el proceso e imponer como candidato a Fernando Ortiz Arana, a la sazón, presidente nacional del PRI. Salinas, por su parte, para defenderse culpó del crimen a la nomenklatura, en torno a Echeverría. Asimismo, posteriormente, se ha tratado de incriminar a Manlio Fabio Beltrones, con el argumento de que tuvo la oportunidad, de interrogar al presunto asesino esa misma noche. El sonorense, amigo personal de Colosio, Manlio Fabio Beltrones, reiteradamente, ha negado esas versiones. El año pasado, en el contexto de las elecciones presidenciales, Morena quiso revivir judicial y políticamente el tema, pero luego, hubo un extraño silencio sobre el tema, y no se volvió a hablar más del asunto. LA NEGOCIACIÓN. Tengo la hipótesis de que hubo una negociación secreta al más alto nivel para silenciar el tema y ya no hablar más al respecto. De nueva cuenta, este 23 de marzo, Beltrones fue involucrado y Alito Moreno, líder nacional del PRI, aprovechó para incriminar a Beltrones sobre el caso Colosio, como una revancha personal, dado que el sonorense ha encabezado la demanda de las bases y de connotados priistas que exigen la renuncia de Alito Moreno como líder nacional del PRI. Lo cierto es que, a 31 años de la muerte de Colosio, hay una herida abierta en su familia, en sus deudos, pero también en millones de mexicanos que veían en Colosio a un gran candidato y que pudo haber sido un gran presidente, el estadista que México reclama y que sigue esperando. EL JUNIOR. En este aniversario del magnicidio, su hijo, Luis Donaldo Colosio Riojas, senador y cuadro distinguido de MC, el partido naranja pronunció un gran discurso y levantó la mano para buscar ser candidato presidencial en el 2030. Yo creo que tiene muchas posibilidades reales, porque es un muchacho inteligente, tiene un nombre valioso que está en la memoria colectiva de los mexicanos, pero, sobre todo, por el voto sentimental, el voto de una justicia poética para el legado de su padre. Esa batalla por la presidencia de la república en el 2030 se antoja que tendrá dimensiones épicas, por las razones y argumentos aquí esbozados y porque para esas fechas veremos si Morena se consolida o se despide del poder. El futuro es una hoja por escribirse, prólogo de la esperanza de un tiempo mejor para México o de la explosión de las contradicciones inherentes a la lucha por el poder con resultados impredecibles para la clase política y para el pueblo de México en su conjunto.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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