Tienditas Escolares Saludables
Por Blanca F. Góngora
Desde el lunes 31 de marzo las tienditas de las escuelas han empezado a funcionar bajo nuevos (y no tan nuevos) lineamientos que prohíben la venta de comida conocida como “chatarra” pero también bajo conocimiento de que queda prohibida la publicidad de alimentos y bebidas con bajo valor nutricional y alta densidad energética dentro de los centro escolares, pues se quiere que las tienditas y cooperativas escolares se conviertan en espacios donde se promueva la salud, la educación alimentaria y el bienestar general de los estudiantes.
Esta medida que se ha tomado es, aunque no lo parezca, de suma urgencia y real necesidad pues los problemas que los niños, adolescentes y jóvenes están desarrollando de manera prematura es para preocuparse y ocuparse del problema: obesidad, sobrepeso; pues en México de cada tres niñas o niños que conocemos, uno tiene sobrepeso u obesidad según información distribuida por la propia SEP y el riego que esto conlleva es el desarrollo de enfermedades como diabetes, hipertensión y enfermedad cardiovascular.
Los lineamientos que rigen la preparación, distribución y el expendio de alimentos y bebidas en los centros escolares son obligatorios no solo para educación básica, también para media superior y superior pues los números son alarmantes; simplemente pensando en el consumo de bebidas azucaradas, 9 de cada 10 niños los consumen de manera regular y 6 de cada 10 incluyen en su dieta dulces, botanas y golosinas. Yo lo veo en mi escuela: los alimentos empacados y procesados se convirtieron en el diario consumo. Las mamás perdieron la habilidad de los lonches saludables, la “comodidad” vino a ganar y se olvidaron de los taquitos de frijoles, la torta de huevo, la sopita de verduras, por decir algunas cosas que antes se enviaban y optaron por el cúmulo de paquetes que echan a montones en las mochilas sin faltar los “juguitos” y “chocomiles” de cajitas.
Los cambios son difíciles y más en nuestro país porque vivimos entre la desconfianza y el desencanto. He visto opiniones opuestas, unas aprueban la medida, otras creen que no le corresponde a la escuela. He visto descontento por algunos padres de familia y lo entiendo; a ellos también hay que in/formarles, muchos de ellos desconocen la temática de la buena nutrición y asumen por ejemplo que un cereal “de cajita” o un pastelito del gansito es nutritivo. Yo creo que no hay ningún padre o madre que quiera el mal para sus hijos y si reaccionan mal, o siguen enviando alimentos dañinos, siento realmente que es más por ignorancia que por ganas de ir a contracorriente o continuar un mal hábito que va a repercutir en la salud de sus hijos. Creo que el gobierno debe hacer una amplia campaña de información y formación dirigida a los padres de familia pues son los que realmente tienen la decisión y el presupuesto para la alimentación de sus hijos, nosotros en las escuelas haremos nuestra parte, que por cierto cada vez nos agregan más y más y más. Yo en lo personal estoy de acuerdo en la medida pues me molestaba muchísimo cuando veía o sabía que en las tienditas escolares les vendían sopas instantáneas de vaso, dulces en toneladas, galletas llenas de sellos, aguas frescas repletas de azúcar, el engañoso (existe la creencia de que es nutritivo) chocomilk con cucharadas de azúcar y de falso chocolate que al fin de cuentas es azúcar también.
En fin, ojalá esto no sea “llamarada de petate” y que dure por siempre y se obligue también a los demás niveles educativos, pues si no es por convencimiento y conocimiento propio pues que sea porque la ley así nos obliga mientras aprendemos y mejoramos nuestros hábitos.
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