Más de 120 mil israelíes se manifestaron en distintos puntos del país contra la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu e instaron al Supremo a derogar una ley clave aprobada en julio y que será analizada esta semana por el Tribunal tras la apelación de varias organizaciones.
Las protestas elevaron a 36 el número de sábados consecutivos de manifestaciones y volvieron a tener como epicentro la ciudad de Tel Aviv.
Estimaciones citadas por medios locales indicaron que más de 118 mil personas se concentraron en la ciudad costera, mientras que varios miles más salieron a las calles de distintas ciudades del país.
Las manifestaciones de este sábado tienen lugar días antes de que los 15 jueces del Tribunal Supremo analicen las apelaciones presentadas contra la ley que anuló la doctrina de razonabilidad, que permitía al Supremo revisar y revocar decisiones gubernamentales de acuerdo a si éstas eran razonables o no.
Esa norma es una enmienda a una de las leyes básicas de Israel y uno de los pilares del plan de reforma del Gobierno, que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente afectada.
Si bien nunca en la historia del Estado judío el Tribunal Supremo ha intercedido ante una enmienda a una de las leyes básicas, distintos analistas israelíes han destacado que se trata de un caso sin precedentes y que resulta un escenario incierto.
Una de los temas centrales de las protestas de hoy fueron las declaraciones de miembros del Gobierno que sugirieron esta semana que podrían no acatar un fallo del Supremo en contra de la legislación.
“Ni se les ocurra invalidar una ley básica”, advirtió el ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, durante una manifestación en favor de la reforma el jueves.
“Anular una ley básica es una desviación de su autoridad y marcaría el fin de la democracia israelí”, agregó.
Tras las protestas de este sábado en Tel Aviv, se espera que un importante número de manifestantes se traslade el martes a Jerusalén, donde tendrá lugar la vista judicial.
Esta semana, la fiscal general del Estado, Gali Baharav-Miara, instó al Supremo a derogar la ley y alertó que “esta enmienda representa un golpe fatal a los cimientos del sistema democrático”.
Por su parte, el presidente israelí, Isaac Herzog, llamó a proteger “la independencia y solidez del sistema judicial” e intentó retomar las negociaciones entre Gobierno y oposición para impulsar una reforma consensuada, un esfuerzo que hasta el momento no ha dado resultado.