A la periodista nicaragüense exiliada en Costa Rica, Martha Irene Sánchez, un familiar le preguntó por qué seguía ejerciendo el periodismo sobre Nicaragua, donde hay un ambiente hostil para la prensa, y mejor no desistía de esa profesión para tener posibilidades de regresar a su patria de manera segura.
La pregunta la paralizó. La hizo dudar. Hizo una pausa para reflexionar y pensar bien la respuesta, confesó a EFE.
“Le dije que cuando me vine al exilio lo hacía para salvaguardar mi vida, la de mi familia, pero también para encontrar la posibilidad de seguir ejerciendo esta profesión que abracé desde que entré a la universidad”, respondió.
Sánchez, de 43 años, natural de Matagalpa, norte de Nicaragua, es directora de la plataforma República 18, presidenta del movimiento Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN) y fue jefa de prensa en TV Merced, un medio católico de la diócesis de Matagalpa que dirigía el obispo encarcelado Rolando Álvarez y que fue clausurado por las autoridades nicaragüenses.
Ahora, vive su segundo exilio en los últimos 5 años: la primera vez que huyó de Nicaragua fue en enero de 2019 y la segunda en junio de 2021.
Periodistas aferrados a seguir informando
La primera vez decidió retornar a Nicaragua junto a un grupo de periodistas, entre ellos Carlos Fernando Chamorro y Jennifer Ortiz, directores de las plataformas Confidencial y Nicaragua Investiga, respectivamente.
“Fue una acción individual y también colectiva, en el sentido de que queríamos mandar un mensaje al régimen de que merecíamos regresar y que merecíamos que se dieran las condiciones para tener un retorno seguro”, explicó.
No hubo garantía para ella y sus colegas. Más bien aumentó la “escalada represiva” en contra de periodistas, opositores, defensores de derechos humanos, abogados y activistas, y estuvo a punto de ser arrestada, pero logró escapar y se volvió a exiliar en Costa Rica con el dolor por dejar a su hija, con quien pudo reencontrarse meses después.
“Los periodistas nicaragüenses, en medio de estos escenarios tan hostiles, seguimos aferrados a seguir informando”, destacó Sánchez, a quien las autoridades de Costa Rica ya le han concedido refugio.
Sin embargo, la pregunta que le hizo su familiar le sigue rondando su cabeza: “Quizás lo más fácil podría ser abandonar (la profesión)”.
Pero contrario a esa posibilidad, reconoció la comunicadora, “lo que veo es que los periodistas nos comprometemos más y más por seguir informando y mejor periodismo”.
¿Separación familiar?
Testimonios como el de Sánchez han sido recogidos por la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), aseguró su director ejecutivo, Guillermo Medrano.
“Tenemos testimonios de periodistas que (sus familiares) les han suplicado, exigido, que se regresen a Nicaragua y que se retiren de la profesión”, afirmó.
La “resistencia” de los periodistas nicaragüenses de abandonar la profesión ha provocado la separación familiar, lamentó.
Contó el caso de un periodista del norte de Nicaragua, que era asediado en la casa de sus suegros, donde vivía con su esposa.
“La familia presionaba a la esposa y la esposa presionaba al periodista y le dijo: terminas con esto (periodismo) o terminamos nosotros”, relató.
El comunicador se fue de la casa de sus suegros y fue a alquilar otra vivienda, “donde siguió el asedio”, por lo que la dueña de la casa canceló el contrato de renta y ahora vive en la clandestinidad porque se resiste al exilio, donde el costo de la vida es mayor.
“Obligar a los periodistas a estar en el exilio es otra forma de tratar de quitar la vida a los comunicadores”, cuestionó el director de la mesa editorial de Connectas, una plataforma periodística que tiene como misión promover el intercambio de información sobre temas claves para el desarrollo de las Américas.
Al menos 1,329 violaciones a la libertad de prensa se registraron en Nicaragua en los últimos 5 años, incluido un asesinato, despojo de nacionalidad a periodistas, y cierre y expropiación de medios de comunicación, según un informe de la red regional Voces del Sur y la FLED divulgado en San José en ocasión del Día Internacional del Periodista.