Dom. Dic 7th, 2025

ARTÍCULO: Aniversario del tsunami de 1960 en Chile y en Colima

Por Redacción May22,2025 #Opinión

Por Raymundo Padilla Lozoya*

Cuando consultaba periódicos de la mitad del siglo pasado, para elaborar la historia de un desastre, noté en la portada del Diario de Colima, la nota del sismo y el tsunami de Chile del 22 de mayo de 1960, asociado al sismo de magnitud 9.5, el mayor registrado en Latinoamérica. Hoy es aniversario de ese gran desastre y vale la pena recordarlo, brevemente.

Entre el sismo y el tsunami ocurridos en 1960, se estima que perdieron la vida entre 490 y 5,700 personas. Tan solo en Chile, casi 2 millones de personas se quedaron sin hogar por un tiempo y 58 mil perdieron totalmente su vivienda. A ese gran sismo le siguieron otros de menor magnitud y se presentó una impresionante ruptura en el subsuelo, de kilómetros de longitud.

Este evento afectó tanto la costa chilena, que tuvieron que elaborarse nuevas cartas náuticas para referenciar con precisión cada sitio.

El tren de ola fue global. Ese tsunami impactó y causó víctimas fatales en distintos lugares, por ejemplo, 61 decesos y 43 heridos en Hawai. En Filipinas se documentaron 21 fallecimientos. Y un día después, se presentó el tsunami en Japón y destruyó 3 mil viviendas. También en Colima se reportó incremento del nivel mar, aunque sin pérdidas humanas ni daños materiales.

Como respuesta a este evento, en el año de 1965, fue creado el Sistema de Alertamiento de Tsunamis del Pacífico. Actualmente se cuenta con el NCEI (National Centers for Environmental Information) que reúne la información global de los tsunamis. Y diversos proyectos se realizan tomando como referencia los tsunamis posteriores que han ocurrido.

Entre los proyectos más importantes frente al riesgo por tsunamis, se encuentra SATREPS “Reducción del Riesgo de Desastres Compuestos Asociados a Grandes Terremotos y Tsunamis”, con el objetivo principal de fortalecer la gestión del riesgo de desastres, el cual es financiado actualmente por JICA (Agencia de Cooperación Internacional de Japón) y el programa Science and Technology Research Partnership for Sustainable Development -Asociación de Investigación en Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Sostenible (SATREPS, por sus siglas en inglés), realizado en colaboración con el gobierno de Japón, el Centro de Investigación para la Prevención de Desastres de la Universidad de Kioto, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), la UNAM, la Universidad de Colima, el Ayuntamiento del Municipio de Manzanillo, la Unidad Estatal de Protección Civil Colima, la Unidad de Protección Civil Manzanillo, la Dirección General de Protección Civil y Mitigación de Desastres del Ministerio de Gobernación y Desarrollo Territorial de El Salvador y la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA) de Manzanillo de la Secretaría de Marina.

Solamente con el esfuerzo conjunto podremos reducir el riesgo frente a los tsunamis que ocurrirán en el futuro. No basta con conocer la física local que origina estos fenómenos geológicos. También es necesario contar con un Sistema de Alertamiento para Tsunamis muy eficiente y con mantenimiento adecuado. Pero, sobre todo, se requiere de una política pública que involucre a las autoridades como la Comisión de Seguridad y Protección Civil del Congreso del Estado, atenta a las grandes amenazas, como los tsunamis y a los proyectos que exponen el patrimonio y las vidas ante los efectos de esos fenómenos.

Se requiere también de una sociedad bien informada sobre el peligro de los tsunamis que han impactado a Colima, entre otros años, en 1816, 1818, 1932, y con menor magnitud en 1995, 2003 y el año 2022.

El tsunami de 1995 abarcó una zona de 120 kilómetros de largo, entre Tenacatita, Jalisco y Manzanillo. Y el incremento del nivel del mar fue de los 2 a los 4 metros. Y ocurrió más o menos 15 minutos después del sismo de magnitud 8, detonado a 25 kilómetros de profundidad, frente a la costa de Colima. Durante el sismo fallecieron 58 personas y por el tsunami no hubo reporte de víctimas.

Aún así, el peligro es real, existen antecedentes muy importantes de tsunamis cercanos y distantes que han afectado el litoral colimense. Y aunque es imposible pronosticar el próximo, sí es posible prevenir y estar preparados para cuando ocurra. Nuestra misión es prevenir para reducir riesgos, disminuir los daños materiales y evitar las pérdidas humanas. Es importante estar preparados para responder a la emergencia, pero es más importante prevenir, para evitar que se presente la emergencia.

*Profesor e investigador de la Universidad de Colima y presidente del Capítulo Colima del Colegio Mexicano de Profesionales en Gestión de Riesgos y Protección Civil A.C.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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