Vie. Dic 5th, 2025

COLUMNA: Ciencia y futuro

Por Redacción Jun4,2025

La melatonina en la interacción entre el trastorno circadiano, el cáncer, el bienestar físico y psicológico: ¿la podemos controlar?

Por Doctora Oxana Dobrovinskaya*

Aproximadamente el 45% de la población adulta sufre diversos tipos de insomnio. La causa más común es la falta de melatonina en el organismo.

La melatonina es una sustancia endógena, producida por una pequeña glándula que se encuentra en el cerebro de seres humanos y animales llamada glándula pineal.  Esta glándula funciona como un regulador clave del ritmo circadiano interno, que es el ciclo natural de los cambios funcionales que ocurren en el cuerpo durante un ciclo de 24 horas, como las horas del sueño y vigilia, la temperatura corporal, el apetito, la producción de hormonas, entre otras funciones.

También se le llama la “hormona del sueño” por su capacidad de sumergir al cuerpo en un estado alterado de conciencia, garantizando un descanso completo. Curiosamente, esta importante función de la melatonina no fue la primera que surgió en la evolución. Se ha sugerido que apareció originalmente en bacterias primitivas y actuó como antioxidante. Existe la hipótesis de que las bacterias fueron ingeridas por células animales y vegetales y dieron origen a las mitocondrias y los cloroplastos. Como resultado, las células animales y vegetales conservaron la capacidad de producir melatonina en las mitocondrias. La eliminación de radicales libres por melatonina previene el daño celular y frena el envejecimiento. Además previene el daño del ADN y mantiene la integridad genómica de las células, lo que finalmente prevé la transformación tumoral. Adicionalmente, inhibe la proliferación de las células cancerosas. Los estudios clínicos han demostrado que la melatonina retrasa el avance de las enfermedades malignas y los datos epidemiológicos sugieren que los niveles más bajos de melatonina están asociados con un mayor riesgo de cáncer.

Desafortunadamente, los niveles de la melatonina disminuyen de forma constante a partir de la adolescencia. Pero existen variaciones entre individuos significativas. Aunque la mayoría de las personas adultas se encuentran en un estado de déficit, otras entre 70 y 90 años de edad, todavía muestran una alta producción. El conocimiento de los factores que influyen en su producción nos ayudan a mantener sus niveles óptimos. A continuación, los mencionamos:

– La oscuridad, durante la noche, es la condición principal. La productora de melatonina, que es la glándula pineal, actúa sobre señales procedentes de los órganos visuales y también se guía por los ritmos de un área del cerebro particular, llamada el núcleo supraquiasmático, que sincroniza actividad de todos órganos del cuerpo. La melatonina prepara a todos los sistemas para el descanso nocturno: amortigua la actividad psicoemocional, ralentiza los latidos del corazón, reduce la frecuencia respiratoria y la temperatura corporal y relaja los músculos. Es importante crear un ambiente favorable para los cambios normales en los ritmos circadianos. Antes de acostarnos, ponemos cortinas en las ventanas, apagamos todas las fuentes de luz, no miramos el teléfono. Dado que la melatonina se sintetiza de forma más productiva entre las 10 de la noche y las 5 de la madrugada, es mejor acostarse antes de medianoche. Además, tomamos en cuenta que cualquier fuente de luz que se encienda repentinamente en mitad de la noche (por ejemplo, la pantalla del teléfono) bloquea instantáneamente la producción de melatonina, y la glándula pineal necesitará tiempo para restaurar su nivel.

– Las emociones positivas recibidas durante el día es otro factor importante. En los momentos de alegría se produce la “hormona de la felicidad”: la serotonina, la cual, es un intermediario clave en la vía de síntesis de la melatonina. Cuanta más serotonina se produce durante el día, más melatonina se produce durante la noche. En el contexto del estrés diurno, la producción de serotonina disminuye drásticamente. Para evitar esto, tratamos de controlar nuestras emociones y no involucrarnos en conflictos. Encontremos la manera  de proporcionarnos una carga de emociones positivas para aumentar la concentración de serotonina. Practiquemos actividades que nos brinden placer. La actividad física acelera la circulación sanguínea y reduce el nivel de hormonas del estrés. La luz del sol tiene un efecto positivo en el funcionamiento nocturno de la glándula pineal.

– Una dieta saludable ayuda a mantener los niveles óptimos de melatonina, la cual, se sintetiza a partir de su precursor, el aminoácido L-triptófano, con participación de varias vitaminas y minerales como el folato, la vitamina B6, el zinc y el magnesio. El L-triptófano es un aminoácido esencial, lo que significa que el cuerpo no lo produce por sí solo, sino que lo sintetiza a partir de alimentos que lo contienen. Las restricciones dietéticas severas y carencia de una o más vitaminas pueden perjudicar la producción de melatonina. En particular, se han observado niveles disminuidos de triptófano plasmático en pacientes con anorexia, que es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizada por una restricción de la ingesta de alimentos. Dado que todos los organismos vivos sintetizan la melatonina, ella ha sido ampliamente identificada en diversos alimentos. Los huevos y el pescado tienen mayor contenido de L-triptófano y melatonina en los alimentos animales, mientras que, en los alimentos vegetales, son las nueces y frutos secos. Algunos tipos de hongos, cereales y legumbres o semillas germinadas también son buenas fuentes dietéticas de L-triptófano y melatonina.

Con el conocimiento de estos factores, se puede optimizar los niveles de melatonina, para mejorar  y promover el sueño reparador, la salud, la productividad profesional y la calidad de vida. 

El presente trabajo ha sido publicado en la revista MDPI Cancers (https://www.mdpi.com/2072-6694/16/21/3706). 

*Imparto clases en el Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Fisiológicas de la Facultad de Medicina y del Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Colima. 

Materias: Biología Celular, Inmunología y Farmacología del Sistema Inmunológico

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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