Dom. Dic 7th, 2025

ARTÍCULO: Raíces espirituales de los problemas emocionales

Por Redacción Jun26,2025 #Opinión

Por Ruth Holtz*

Con mucha frecuencia nos enfocamos en aspectos psicológicos para encontrar las raíces, las causas profundas de nuestros problemas emocionales y olvidamos el contexto espiritual en el que cada persona se desenvuelve. Es decir, en el ámbito de lo trascendente, de lo macrocósmico, de aquello que da sentido, razón y fundamento a los valores, las percepciones, las evaluaciones y los juicios que la persona se hace para juzgar o dar significado a lo que le sucede, a lo que vive, a lo que padece, a lo que decide, a lo que no pudo determinar por su voluntad. Esa visión o interpretación que tenemos acerca de lo que es la vida, el Mundo, la existencia humana y el sentido que todo ello pueda tener puede favorecer o desfavorecer que vivamos con conflictos emocionales profundos o libres de ellos.

Con frecuencia asociamos el ámbito de lo espiritual a la religión. Y en efecto la religión puede ser una opción para responder preguntas cómo qué sentido tiene la vida, para qué estamos aquí, qué significa esto que vivo, es o no mi misión en la vida, cómo me explico lo que me sucede, qué significado tiene la muerte, las pérdidas, por qué lucho, qué persigo en la vida además de estar viva y cómoda materialmente, etc. Estas cuestiones existenciales fundamentales determinan muchas de nuestras interpretaciones acerca de lo que nos sucede cotidianamente, cómo lo tomamos, cómo lo integramos dentro de algo que quizá sea parte de ese plan maestro de la vida, de Dios, del Espíritu, la Energía o como lo hayamos conceptuado o aceptado por fe.

Cómo sea esta concepción del Mundo y de la vida que tengamos va a dar sentido y significado al dolor, a lo padecido a lo largo de nuestra vida y a sus diversas vicisitudes. Por eso es que es de suma importancia trabajar con este ámbito para resolver problemas emocionales profundos. Están codeterminados un ámbito, el psicológico, con el otro, el espiritual de tal modo que resulta indispensable tratar ambos para crecer en los 2. La psicoterapia puede ayudar en ello. La religión también. Y por supuesto otras vías de acercamiento a lo espiritual.

Las razones mediante las cuales interpreto lo que me sucede, las explicaciones que escojo para saber si lo que siento es bueno o malo, agraciado o desgraciado, feliz o infeliz, la forma en la que evalúo lo que considero doloroso y lo que considero amable y disfrutable, la manera en la que defino lo que tiene sentido y produce satisfacción y lo que no lo tiene y produce frustración, son determinadas por una visión del Mundo y de las cosas que tenemos. Es decir, todos estos criterios los adquirimos de la concepción que tenemos de lo que es la vida, el Mundo y desde la cual entendemos para qué existimos y qué es lo que venimos a lograr cada quien en su persona y a través de sus circunstancias.

Desde luego que esta visión la aprendemos en la familia, pero más adelante, cuando crecemos también buscamos nuestra propia forma de ver las cosas. Obviamente que las religiones pueden ser parte de la respuesta a algunas de las preguntas acerca de qué sentido tienen las cosas y para qué estamos aquí. También implica confrontar nuestra propia humanidad y tomar decisiones importantes sobre cómo guiar nuestra vida una vez que nos percatamos de que no todo nuestro universo está centrado en “qué me pasa, por qué me hicieron, qué injusticia o ellos tienen la culpa”. Estos temas son las quejas frecuentes tratadas en la psicoterapia. Pero llega un momento en que las personas que consultan necesitan reconocer que mucho de lo que les sucede, de lo que padecen, de cómo lo toman o interpretan es decidido por ellas. Y estas decisiones están basadas en una forma de ver la vida.

Si bien nuestros problemas emocionales actuales tienen sus raíces en nuestra familia, ésta las ha adquirido de una cultura, de una religión, de una visión de cómo ver la vida y cómo evaluar lo bueno y lo malo. Nosotros hemos denominado a estas raíces como espirituales, pues implican la resolución de cuestiones existenciales que tocan temas trascendentes como son el espíritu, Dios, la libertad y el sentido que tiene la vida.

Una situación puede ser trágica desde una perspectiva y una bendición desde otra, una decisión puede ser errónea y desde otra visión equivocada. Así, por ejemplo, un sufrimiento muy grande se puede considerar como parte de un proceso para obtener algo, lograr la mejora de nuestra persona o como consecuencia de nuestras malas acciones pasadas o se puede considerar como una desgracia. El ver en todo lo que nos sucede la necesidad para que así ocurriera como parte de “la misión” que estamos cumpliendo cambia lo que podamos sentir.

*Psicoterapeuta. Teléfonos: 312 330 72 54 / 312 154 19 40   |   Correo: biopsico@yahoo.com.mx

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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