Diversidad sin calendario: ¿moda o compromiso real en el Mes del Orgullo LGBTI+? (Parte 2)
Por Jorge Ricardo Vásquez Sánchez**
La visibilidad es uno de los pilares fundamentales en la lucha por los derechos de las personas LGBTI+. No se trata únicamente de aparecer en un cartel o en una campaña durante el mes de junio, sino de ser parte activa del tejido narrativo y visual con el que las marcas construyen identidad y conexión con sus públicos. La visibilidad digna y sostenida tiene el poder de transformar imaginarios, cuestionar prejuicios y abrir espacios de representación reales. Por eso, las marcas no solo comunican productos o servicios, también transmiten valores, ideología y compromisos sociales.
Desde el branding con perspectiva de género, se reconoce que las identidades LGBTI+ no deben ser utilizadas como recurso estético ni como fórmula para sumar puntos de reputación; la visibilidad debe responder a un ejercicio consciente de reconocimiento, respeto y participación activa. En ese sentido, las marcas tienen la responsabilidad de abrir espacios para voces diversas dentro de sus propias estructuras, no solo en sus campañas externas, por ello, la representación debe ser transversal, no anecdótica.
Una estrategia bien pensada de visibilidad implica contar con voces auténticas de la comunidad LGBTI+, asegurar la participación de personas creativas, diseñadoras, estrategas y líderes que pertenezcan a esta comunidad. La experiencia de marca se enriquece cuando los mensajes que se transmiten provienen de quienes viven esas realidades; esa autenticidad se refleja en cada imagen, en cada palabra y en cada gesto que la marca proyecta.
De igual forma, el diseño de productos y servicios debe considerar las distintas realidades de vida de la comunidad, desde empaques con mensajes de inclusión, hasta servicios que reconozcan la identidad de género de las personas usuarias, cada detalle importa. Marcas que se esfuerzan por capacitar a su personal, revisar sus procesos internos y adaptar sus canales de atención para ser inclusivos están enviando un mensaje claro: la diversidad no es una campaña, es parte de su identidad.
En el ámbito de la publicidad, muchas campañas han logrado trascender cuando representan historias reales, con emociones genuinas y sin caer en clichés. La clave está en mostrar la diversidad de manera cotidiana, no como algo excepcional, mostrando parejas del mismo género, personas no binarias, familias diversas o juventudes LGBTI+ en sus rutinas diarias —desde tomar un café hasta celebrar un logro académico o deportivo— ayuda a normalizar su presencia en la sociedad y desafía los estereotipos.
Un aspecto esencial para que estas representaciones sean efectivas es el uso del lenguaje incluyente no sexista, como ya lo he expresado en ediciones anteriores, este lenguaje no solo visibiliza a quienes históricamente han sido excluidas, sino que genera una experiencia de marca respetuosa, coherente y ética, por ello, las marcas que adoptan un lenguaje incluyente muestran que están dispuestas a avanzar hacia una comunicación que refleje la realidad plural de sus públicos.
Asimismo, participar en ferias culturales, apoyar festivales del orgullo, financiar programas educativos sobre diversidad o impulsar iniciativas contra la discriminación permite posicionar a la marca como un agente de cambio. Las empresas que se comprometen a trabajar de la mano con organizaciones de la sociedad civil fortalecen su legitimidad ante la comunidad y la sociedad en general.
La visibilidad también se construye con lo que no se dice, con los silencios que hablan. Una marca que permanece al margen de las discusiones urgentes sobre derechos humanos, discriminación y violencia hacia la comunidad LGBT+ pierde la oportunidad de posicionarse como una voz aliada: en un Mundo cada vez más informado y exigente, el silencio puede interpretarse como complicidad o desinterés.
Es importante recordar que el 28 de junio se conmemora el Día Internacional del Orgullo LGBT+, fecha que rinde homenaje a los disturbios de Stonewall de 1969 y al inicio del movimiento; este día en específico, busca promover el respeto, igualdad y dignidad de las personas que forman parte de la comunidad LGBT+ en todo el Mundo; por eso, hoy más que nunca, la visibilidad debe ser estratégica, sí, pero también ética, informada y coherente. Las marcas que se posicionan desde el respeto, la empatía y la acción sostenida son las que logran generar experiencias significativas con su audiencia, experiencias que no se olvidan, porque están ancladas en la autenticidad.
Con esta edición celebramos un año de publicaciones ininterrumpidas de la columna Viernes de branding, marketing, publicidad y relaciones públicas con perspectiva de género. Agradecemos al equipo editorial de El Comentario por la confianza y por brindarnos este valioso espacio para compartir reflexiones y experiencias. ¡Vamos por más!
** PTC – Facultad de Mercadotecnia – SNII 1
* Esta columna es desarrollada por integrantes del UCOL-CA59 La mercadotecnia y su relación con las ciencias sociales, adscrito a la Facultad de Mercadotecnia de la Universidad de Colima.
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

