La Universidad de Colima (UdeC) volvió a demostrar que la excelencia educativa es una construcción diaria, meticulosa y profundamente comprometida con el conocimiento. En la edición 2025 del SCImago Institutions Rankings, nuestra Máxima Casa de Estudios se posicionó en el lugar número 13 entre las universidades mexicanas evaluadas, y obtuvo el segundo lugar en investigación científica en todo el occidente del país. Ese resultado no solo nos llena de orgullo: nos convoca y nos impulsa a mantener el rumbo.
A diferencia de otros rankings basados en percepciones o prestigios heredados, el SCImago mide hechos: publicaciones científicas, impacto por cita, colaboración internacional, patentes, transferencia de conocimiento, visibilidad web. Se trata de un espejo riguroso que refleja lo que se hace con constancia, profundidad y claridad de propósito.
Que la UdeC se mantenga entre las 15 mejores universidades del país en el actual entorno competitivo es ya una hazaña. Que se destaque por su investigación en el corazón del occidente mexicano, justo detrás de una universidad del tamaño y tradición de la de Guadalajara, nos habla de la vitalidad intelectual de nuestra comunidad académica. Más de mil documentos científicos indexados en Scopus en un lustro, una tasa de colaboración internacional superior al 30%, impacto por cita por encima del promedio nacional, destaca que son cifras que no se improvisan.
Pero no se trata únicamente de números. Detrás de cada artículo hay una historia de investigación, de noches en vela, de laboratorios compartidos, de trabajo interdisciplinario. Detrás de cada red de colaboración, hay una voluntad de abrirse al Mundo sin perder el arraigo local. Detrás de cada patente, una intención concreta de mejorar la vida de las personas.
Por eso, ese reconocimiento es también un tributo al cuerpo académico de la UdeC: a sus investigadoras e investigadores, a su personal técnico, a quienes gestionan recursos, a quienes insisten cuando escasean los apoyos, a quienes siguen apostando por la ciencia como una forma de esperanza y transformación social.
Ese logro debe considerarse como una plataforma para redoblar esfuerzos, porque nuestro país necesita más ciencia, más innovación, más pensamiento crítico. Y Colima, pequeño en territorio, pero enorme en talento, tiene en su Universidad una palanca para el desarrollo regional y nacional.

