La Universidad de Colima (UdeC) alcanzó un hito que merece subrayarse: una matrícula histórica de 31,476 estudiantes en el Proceso de Admisión 2025. No se trata únicamente de una cifra, porque detrás de cada estudiante admitido hay un proyecto de vida, una familia que deposita su confianza y una institución que asume la enorme responsabilidad de garantizar formación de calidad.
El anuncio hecho por el Rector Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño en una conferencia de prensa confirma que nuestra Casa de Estudios no solo mantiene su vitalidad académica, sino que logra crecer en tiempos de desafíos económicos y sociales. Ese aumento, que representa un 3.27% más que el año pasado y más del 11% respecto a 2021 (inicio del primer periodo rectoral), se explica no solo por la ampliación de la oferta educativa, sino también por una estrategia clara de inclusión y sostenibilidad.
El hecho de que todas y todos los aspirantes al nivel medio superior hayan tenido un espacio, aunque no siempre en la opción de su preferencia, refleja el compromiso institucional con la cobertura. El uso del Buzón UCOL para atender cambios de plantel, también habla de una Universidad que escucha y responde. No obstante, el desafío no termina en la admisión: el verdadero reto será garantizar trayectorias escolares exitosas, acompañamiento académico y, sobre todo, permanencia hasta la titulación.
Por otra parte, la apertura de programas como Sustentabilidad Marina, Ciencia Política y Gestión Pública o Negocios Digitales no solo diversifica la oferta, sino que conecta a la UdeC con las demandas emergentes del entorno global y local. Asimismo, el fortalecimiento del posgrado, con programas reconocidos por el Sistema Nacional de Posgrados y la incorporación de modalidades en línea, coloca a la Universidad en sintonía con las tendencias internacionales de educación superior.
Otro aspecto digno de resaltarse es la llegada de 672 aspirantes foráneos, provenientes de casi todo el país y EUA. Ese dato confirma que la Universidad de Colima no solo forma a la juventud colimense, sino que se proyecta como un referente académico atractivo más allá de las fronteras estatales.
La meta institucional de alcanzar cerca de 35 mil estudiantes para 2030 debe entenderse como un crecimiento ordenado, acompañado de planeación académica, infraestructura adecuada y políticas de inclusión. De lo contrario, el riesgo sería que la cantidad comprometa la calidad, un dilema que ninguna universidad puede permitirse.

