En tiempos donde pareciera que el conocimiento se mide en la rapidez de una búsqueda en Internet, resulta alentador que la Universidad de Colima (UdeC) mantenga vivo el espíritu de la academia a través de los concursos de conocimientos de nivel medio superior.
La reciente premiación a las y los ganadores no fue solo un acto protocolario, sino un recordatorio de que el aprendizaje profundo, el que nace de la disciplina, la curiosidad y el esfuerzo, sigue siendo el corazón de nuestra institución.
El Rector Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño lo expresó con claridad: “Hoy reconocemos en todas y todos ustedes el vivo reflejo de una de las funciones sustantivas de mayor relevancia de toda la Universidad, que es la academia”.
Sus palabras no solo celebran logros individuales, sino que reconocen el compromiso colectivo de estudiantes, docentes y familias que ven en la educación una vía de transformación personal y social. No se trata únicamente de resolver problemas de matemáticas, física o química; se trata de formar ciudadanos capaces de pensar críticamente y de aportar soluciones a un Mundo complejo.
Ese tipo de certámenes son semillas que germinan en vocaciones y proyectos de vida. El Rector insistió en ello al subrayar que muchos jóvenes han descubierto en esas experiencias su rumbo profesional.
La UdeC, con una visión incluyente, les invita a no detenerse en la educación media superior y a seguir construyendo su futuro, aquí o en cualquier otra institución. Esa apertura habla de la convicción de la Universidad: lo importante no es retener, sino impulsar.
La Universidad de Colima cumple así con una de sus funciones más nobles: reconocer el talento, estimular la pasión y abrir horizontes.

