Dom. Dic 7th, 2025

ARTÍCULO: ¡Ya´tamos en septiembre!

Por Redacción Sep4,2025 #Opinión

Por Marcial Aviña Iglesias

En México, septiembre es el mes de la patria, que aquí es casi como el mes del “orgullo nacional” y, con todo el pozole, los sopitos picaditos y las enchiladas que a cantidades industriales se consumen. Los días 13, 15 y 16 son como la temporada alta para ponernos el sombrero de piloncillo, pero sin que esté pintado, que eso ya no se lleva mucho, ¿sabes? Es un rollo que mezcla: tradición que huele a limón —que aquí usamos, como si fuera nuestra medicina milagrosa— y cosmopolitismo, que es cuando te crees muy moderno, pero sigues comiendo chile hasta en el café. Porque sin chile, el taco se siente como sin alma, y el limón es nuestro jarabe multiusos. Lo mismo te cura un resfriado que lo echas en el tequila pa’ olvidarlo todo.

Es cuando la mayoría de conductores suicidas de las empedradas y llenas de cráteres de nuestras calles, prefieren ponerle banderitas de México al coche, que la direccionales cuando van a dar vuelta; las oficinas godín se adornan “retechulas” de bonitas, con sombreros de charros, carrilleras, jorongos multicolores y enormes mostachos -o sea, olvidan de lo lampiño del aborigen de nuestro país-, se espera con mucha enjundia la “Noche Mexicana de la Oficina”, donde lucirán ajuares de adelitas -así es, existe cierta confusión con la revolución-, charros y ningún gachupín.

Y claro, esas fiestas patrias son muy bonitas, muy pomposas, pero también la gente habla del 19, que es el día en que la tierra dijo “aquí estoy yo, a ver si se mueven un poco, que no todo es fiesta”. Eso sí que es una conmemoración sorpresa por todo lo alto, y todos nos quedamos aterrorizados, más que nada porque después del temblor se vino la cruda de la celebración, y eso sí que es para temer.

En fin, que en México somos castizos con celular, que no olvidamos nuestras raíces, pero tampoco dejamos de mandar un “WhatsApp” pa’ todo, y de paso a veces nos quejamos del chilito que pica mucho, del limón que está muy ácido y del temblor que nos dejó comiendo birote pa´l susto… Eso sí, siempre con mucho orgullo, porque si algo tenemos es eso: orgullo de ser mexicano, no le hace que le aunque tiemble.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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