La gestión integral de Residuos Sólidos Urbanos, un proyecto de investigación en desarrollo
Por Silvia R. Sigales R.*
En la actualidad, los Residuos Sólidos Urbanos (RSU), representan un grave problema planetario con impacto en la salud del ser humano y en el deterioro del Medio Ambiente (MA). Estos RSU, son los desechos derivados de los consumibles que en la actualidad hacen parte de un cotidiano en el sistema de vida de la sociedad de consumo. Las bolsas de alimentos industrializados, identificados hoy como snacks procesados (frituras, pastelillos y galletas, golosinas), así como los envases de bebidas azucaradas u otras (cervezas, agua potabilizada, etcétera), son hoy en día un problema a nivel global, sin precedentes como resultado de la era industrial.
Actualmente, en el Mundo se pueden observar vía satelital, 7 zonas de basura denominadas “manchas”, por la alta concentración flotante de basura de plásticos. Estas son:
– La Mancha de Basura del Pacífico Sur: con una superficie de unos 2.6 millones de kilómetros cuadrados.
– La Gran Mancha de Basura del Pacífico (Pacífico norte): es la más grande y se le conoce como el “Séptimo Continente”.
– Mancha de Basura del Ártico: descubierta en 2013, en el Mar de Barents, cerca del Círculo Polar Ártico, mide aproximadamente ente 300 mil y 600 mil km².
– Mancha de Basura del Océano Índico: tiene una densidad estimada de 10 mil residuos por kilómetro cuadrado, la basura incluye plástico, redes de pesca, residuos industriales y domésticos, y otros desechos.
– Mancha de Basura del Atlántico Sur: es una de las más pequeñas y aun así tiene más de 1 millón de kilómetros cuadrados y se mueve por la corriente del Atlántico Sur. Contiene alrededor de 2,860 toneladas de plástico.
Debido a su ubicación, alejada de las principales rutas comerciales, la Mancha de Basura del Atlántico Norte, descubierta en 1972, es la segunda isla más grande por extensión, unos 4 millones de kilómetros cuadrados. Es famosa por su alta densidad de residuos, hasta 200 mil por kilómetro cuadrado.
La Mancha de Basura de Sargazo es el último descubrimiento. Esa “isla de plástico” en el Mar de los Sargazos, descubierta por una expedición de Greenpeace en la zona atlántica. Está compuesta por residuos fácilmente reconocibles: botellas de champú, aparejos de pesca, contenedores rígidos, bolsas y muchos otros tipos de plásticos.
En ese sentido, en el “Diagnóstico básico para la gestión integral de los residuos 2020” de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se identificó que la generación de residuos sólidos en el país per cápita calculada fue de 0.944 kg/hab/día y la generación total de residuos se estima en 120,128 t/día. Para la Universidad de Colima, en población universitaria, se ha realizado un cálculo estimativo de los RSU por día en la comunidad estudiantil; de tal forma que se estima una generación aproximada de RSU de 28,528.62 (sin el uso de material escolar) toneladas a 45,331.5 toneladas (con el uso de material escolar); es decir, 16,80.88 toneladas más de la producción de RSU consideradas por persona, en una población de 30,221 estudiantes universitarios, sin tomar en cuenta los desechos de 2,453 trabajadores que oscila en una generación de RSU de 3,676.5 toneladas más por día tomando en cuenta los residuos de oficina
Hoy, educar en la Gestión Integral de RSU debe ser una prioridad máxima dado los retos que esto nos impone ahora; pero sobre todo, para preservar el futuro de las generaciones venideras, que vivirán ante la imposición de un impacto planetario que dará por resultado una fragilidad en su constitución física y con ello vulnerabilidad para asumir una realidad heredada; que de no hacer algo, será sin ninguna conmiseración.
Es a las instituciones educativas y de desarrollo científico, tecnológico y humanistas en quienes recae esta obligación como los plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 y los direcciona la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), al pretender educar para adaptarnos a condiciones de vida inusitadas y sin marcos de referencia para actuar, por lo que no nos queda como humanidad más que profundizar en los efectos de esto que puede llegar a ser una hecatombe mundial y silenciosa si no reaccionamos generando prácticas que den pie a una relación diferente con el medio ambiente y nuestros hábitos de consumo.
Por ello, educar es hoy en día la opción prioritaria para pasar después a una profunda reflexión sobre el devenir de nuestra estancia en este planeta que es una casa, por lo que, como sociedad, resta preguntarnos, como seres humanos, si realmente estamos actuando con conciencia hacia la vida y todos los hábitats y los ecosistemas que constituyen a nuestro planeta. Parte de estas reflexiones, planteamos atenderlas desde el Centro Universitario de Gestión Ambiental de la Universidad de Colima.
*Profesora e investigadora del Centro Universitario de Gestión Ambiental (CEUGEA) de la Universidad de Colima.
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