Vie. Dic 5th, 2025

COLUMNA: Ciencia y futuro

Por Redacción Nov26,2025

La dignidad digital del adulto mayor ante la inteligencia artificial

Por Doctor Rodolfo Rangel Alcántar*

El envejecimiento poblacional constituye un fenómeno global que plantea desafíos relevantes en los ámbitos social, económico, ambiental y sanitario; en consecuencia, México requiere políticas públicas y estrategias innovadoras, con justicia social que impulsen una vida plena y saludable para las personas adultas mayores.

La noción de vida plena se asocia con la percepción subjetiva de bienestar, ya que abarca no solo la salud física y mental, sino también la participación social, la independencia funcional y la estabilidad emocional, todos ellos pilares esenciales del desarrollo humano sostenible.

En este contexto, la inteligencia artificial (IA) se presenta como una herramienta con alto potencial para mejorar las condiciones de vida de las personas adultas mayores, al posibilitar el análisis de grandes volúmenes de datos y el desarrollo de soluciones personalizadas en ámbitos como la salud, la movilidad y la comunicación.

La investigación que sustenta este análisis -correspondiente al capítulo “Inteligencia Artificial y Vida Plena en el Adulto Mayor”, incluido en el libro Innovación y Tecnología en la Educación– analiza cómo las aplicaciones basadas en inteligencia artificial pueden contribuir al bienestar integral de las personas adultas mayores. El estudio adopta un enfoque mixto que combina el rigor de los métodos cuantitativos con la profundidad interpretativa del análisis cualitativo, con el objetivo de identificar los principales obstáculos y oportunidades para la adopción de estas tecnologías en México.

Desde el plano teórico, la inteligencia artificial se conceptualiza como un instrumento de apoyo dentro del modelo de selección, optimización y compensación, el cual postula que las personas mayores tienden a concentrar sus esfuerzos en las actividades significativas y utilizan herramientas tecnológicas para afrontar los desafíos propios de la vejez. Los resultados cuantitativos revelaron que las y los adultos mayores que emplean aplicaciones de inteligencia artificial presentan puntuaciones más altas en los indicadores de autonomía y satisfacción vital, lo que sugiere la capacidad de estas tecnologías para facilitar la organización de las tareas cotidianas y fortalecer el sentido de control personal sobre el entorno.

De manera complementaria, los sistemas de monitoreo de salud demostraron ser especialmente valorados por su capacidad de detectar alteraciones médicas en tiempo real, generando una mayor sensación de seguridad y confianza entre las personas usuarias. Asimismo, los asistentes virtuales se han convertido en recursos útiles para la gestión cotidiana de actividades, desde el recordatorio de tratamientos farmacológicos hasta la programación de citas médicas, lo que contribuye a mantener la independencia funcional de las personas adultas mayores.

En el ámbito de la participación social, los hallazgos muestran que las aplicaciones de comunicación basadas en IA desempeñan un papel importante en la reducción del aislamiento, pues facilitan la interacción frecuente y significativa con familiares y amistades, fortaleciendo el bienestar emocional.

En cuanto a la rehabilitación, las plataformas de entrenamiento cognitivo sustentadas en inteligencia artificial han mostrado resultados positivos en la mejora de funciones mentales como la memoria y la atención, mientras que los dispositivos asistidos -como exoesqueletos y robots de apoyo a la movilidad- incrementan la confianza física de las personas usuarias. Sin embargo, la implementación de la IA en este campo enfrenta barreras estructurales y éticas que demandan un análisis educativo profundo, orientado a garantizar un uso responsable y equitativo de la tecnología.

Una de las limitaciones más notorias detectadas fue la falta de competencias digitales, pues un gran número participantes evidenciaron dificultades para interactuar con las interfaces tecnológicas. Además, algunas personas adultas mayores manifestaron percepciones negativas hacia la tecnología, considerándola invasiva o innecesaria, lo cual subraya la necesidad de estrategias formativas sensibles a las experiencias y valores de esta generación.

De esta manera, se propone un enfoque holístico que integre la capacitación tecnológica, el diseño inclusivo de interfaces y la creación de infraestructura accesible, con el propósito de asegurar que los beneficios de la inteligencia artificial lleguen efectivamente a la población adulta mayor.  Esta perspectiva no solo optimiza los recursos del sistema de salud, sino que promueve un modelo de inclusión digital con sentido humano.

Reconocer a la inteligencia artificial como mediadora social constituye un paso esencial hacia la dignidad digital, ya que permite fortalecer los vínculos comunitarios y la participación activa de las personas adultas mayores, reduciendo el impacto psicológico del aislamiento y la soledad.

Desde esta mirada, el estudio adquiere una relevancia social significativa al proponer lineamientos que orienten la formulación de programas centrados en las personas adultas mayores, basados en la equidad, la accesibilidad y la justicia social-tecnológica. La inteligencia artificial, reconocida como una aliada del bienestar, ofrece una oportunidad significativa para fortalecer la dignidad, la autonomía y la justicia social en la etapa de la adultez mayor.

No obstante, su verdadero potencial dependerá de la capacidad colectiva para diseñar políticas y entornos digitales incluyentes que reconozcan la dignidad y la participación activa de las personas adultas mayores en la era tecnológica.

El presente texto se basa en el Capítulo 5: “Inteligencia Artificial y Vida Plena en el Adulto Mayor”, de Rangel Alcántar, R. y Ceja Mendoza, A. P. (2025), incluido en el libro Innovación y Tecnología en la Educación (pp. 59–69), editado por J. B. Miranda Esquer et al., y publicado por el Centro de Estudios Superiores del Mayo. Disponible en: https://shre.ink/ScNv

*Docente en la Maestría en Gerontología y en la Maestría en Innovación Educativa de la Universidad de Colima; nivel I del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores.

Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.

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