Ante un nuevo desafío de la naturaleza, es importante volver a resaltar la importancia de la prevención y protección civil. Ello es más que evidente, especialmente si ese desafío se llama “Lidia” y es un huracán de categoría 4. En la entidad, en las últimas horas, solo se han sentido sus efectos en lluvia, viento y oleaje elevado.
En ese contexto, en El Comentario hemos tenido la necesidad de reflexionar sobre mantener la seguridad de nuestra comunidad universitaria.
Y aunque el poderoso fenómeno no llegó a impactarnos directamente, nuestras autoridades tomaron decisiones correctas, entre ellas la suspensión de clases y actividades laborales en la Universidad de Colima.
La decisión de suspender actividades académicas no es fruto del azar, sino un acto de responsabilidad y consideración hacia la comunidad estudiantil y personal de la UdeC. La prevención y protección civil deben estar en el centro de nuestras preocupaciones, y esa medida ejemplifica la importancia que concedemos a la seguridad de todos los que conforman nuestra comunidad universitaria.
La cultura de la prevención no se limita a las decisiones de las autoridades, es una responsabilidad compartida. Cada uno de nosotros, como miembros de la institución, tenemos un papel fundamental en garantizar la propia seguridad y la de los demás. Debemos estar informados, seguir las recomendaciones de las autoridades, preparar un kit de emergencia y, sobre todo, mantener la calma en momentos de crisis.
Nuestra Universidad, comprometida con la formación integral de sus estudiantes, también es un espacio donde se promueve la conciencia social y la solidaridad. En tiempos de desafío, es el momento de mostrar empatía y apoyo a nuestros compañeros y vecinos.
La seguridad y la prevención, pues, son pilares esenciales de la cultura de cualquier comunidad educativa. La Universidad de Colima demuestra su compromiso con el bienestar de todas y todos nosotros. Exhortamos a cuidarse y a cuidar de los demás.