Las recientes lluvias torrenciales que dejó el huracán Lidia, categoría 4, en el estado de Colima, han servido como un recordatorio impactante sobre la importancia de tomar decisiones informadas y cuidadosas cuando nos enfrentamos a eventos meteorológicos extremos.
La Universidad de Colima, como institución educativa líder en nuestra región, asumió responsabilidades a partir de las inclemencias del tiempo, lo que nos obligó a suspender temporalmente labores y clases en los 5 campus.
Ahora, mientras la tormenta ya se disipó, fue fundamental que la UdeC estuviera preparada y aplicara sus protocolos para revisar y evaluar minuciosamente el estado de sus instalaciones y tomar las decisiones adecuadas para un regreso seguro a las actividades académicas y administrativas.
El huracán Lidia nos ha recordado que los fenómenos meteorológicos pueden tener un impacto significativo en la vida cotidiana. Lo de menos es suspender labores y clases. La seguridad de nuestros estudiantes, profesores, personal administrativo y de mantenimiento es una prioridad fundamental.
Regresamos a la normalidad de manera segura y eficiente. La revisión de las instalaciones de la Universidad de Colima es un paso atinado y responsable. Es esencial garantizar que los daños causados por las intensas lluvias, por mínimos que sean, estén identificados, sean reportados y reparados en lo posible.
Además, la Universidad ha considerado no solo el estado de sus instalaciones, sino también la situación de los caminos y accesos a los campus, así como la disponibilidad de servicios básicos, como electricidad, agua potable y comunicaciones. Ello asegurará que tanto las y los estudiantes, como el personal, puedan regresar en condiciones seguras y funcionales.
La Universidad de Colima, una vez más, tuvo la oportunidad de demostrar su capacidad de respuesta y compromiso con la seguridad y bienestar de su comunidad. En tiempos de adversidad, las instituciones educativas desempeñan un papel fundamental como ejemplos de liderazgo y responsabilidad.