Por José Luis Negrete Ávalos
Hoy el mundo encuentra una versión de sí mismo que no sorprende, una versión donde las relaciones de cooperación, entre las naciones parece complicarse día a día, pues las posturas que buscan como herramienta fundamental el diálogo, el consenso, se desvanecen ante la frialdad de los conflictos armados.
Puesto que desconocen toda acción, toda afirmación de elementos jurídicos, y tratados internacionales que hacen referencia a instancias de paz, ya sea por cuestiones territoriales, económicas, o políticas, el efecto de los conflictos parece ser la única opción, para la resolución de problemáticas sociales, donde se corre el riesgo de pasar al escenario internacional.
Es claro que la dificultad de los conflictos armados tarde o temprano llevan al caos social, a la desconfianza y descontento sobre las decisiones que toman los dirigentes de uno u otro país, la primera Guerra Mundial y la segunda, son un claro ejemplo del resultado negativo que se produce, pues va más allá de la victoria de un bando o de la derrota de otro.
Existen los llamados daños colaterales que afectan el desarrollo y la calidad de vida de la sociedad, esto puede constatarse con lo sucedido recientemente en el conflicto entre Israel y Palestina propiciado principalmente por las acciones del grupo terrorista Hamás y las posteriores acciones de contraataque por parte del estado de Israel.
Pero en todo ello la pregunta recae en el hecho, ¿Habrá un punto de quiebre entre el conflicto de Israel y Palestina hacia la paz?
Desde el contexto histórico, desde las posturas políticas, desde la perspectiva ideológica de cada una de las partes, considerando, además, la situación actual, parece que dicho punto de quiebre está bastante alejado de la realidad, pues se observa lo contrario; desde el ataque el pasado sábado realizado por este grupo extremista, se agudiza la violencia, los retos de la diplomacia, y la intermediación por la paz no tendrá frutos a corto y largo plazo.
El riesgo constante de la participación de otras naciones en ambos bandos de esta incursión armada, aumentado así, la brecha de paz, al final el resultado de cualquier guerra es la pérdida de vidas, muchas de ellas inocentes.
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