¿Cómo madres, padres y cuidadores pueden alentar conductas prosociales durante la niñez y la adolescencia?
Por Dra. Ximena Zacarías Salinas*
La conducta prosocial se define como todas aquellas acciones de carácter voluntario que se realizan para beneficiar a otras personas. Se manifiesta en acciones de ayuda, cooperación y apoyo interpersonal en todas las etapas del ciclo vital humano. En ese sentido, la conducta prosocial alienta el desarrollo individual, familiar y colectivo mediante el fortalecimiento de las redes de apoyo. En Psicología, el interés por el tema ha generado abundante literatura científica que ha buscado explicar las causas, los efectos y las condiciones en las que las personas actúan en beneficio hacia otras. Una de estas áreas de investigación se enfoca a estudiar cómo los procesos familiares pueden estar vinculados con acciones de ayuda entre sus integrantes. Como sabemos una de las funciones básicas de las familias es la socialización de las nuevas generaciones, esta socialización ocurre en las acciones cotidianas que se realizan entre madres, padres, hijas e hijos; una manera de estudiar los procesos de socialización alentados por las familias consiste en explorar las prácticas de crianza, es decir las acciones y objetivos educativos que tienen madres y padres con respecto al desarrollo actual y futuro de sus hijos e hijas. En lo que se refiere a la relación entre las prácticas de crianza y la conducta prosocial en niñas, niños y pre adolescentes, las investigaciones en población mexicana han aportado información que nos permiten afirmar que ciertas acciones maternas y paternas pueden facilitar en la niñez, tendencia a involucrarse y realizar acciones de ayuda y cooperación hacia otros. Lo anterior resulta relevante ya que es justo en la interacción familiar en la que se puede encontrar un modulador hacia las conductas antisociales que tanto preocupan a los y las profesionales de la educación, de la salud y a la sociedad en general.
En una investigación sobre los efectos de las prácticas de crianza en las conductas prosociales de niñas, niños y adolescentes de Colima encontramos que, si madre y padre tienden a expresar afecto y mantener cercanía emocional con sus hijas e hijos, el comportamiento de éstos en escenarios escolares será orientado hacia la ayuda a otros y tales acciones pueden ser explicadas por los sentimientos de empatía hacia las necesidades y emociones de sus pares. Resultó interesante que cuando madres y padres estaban en las etapas iniciales de la crianza, tendían a utilizar recompensas materiales para incrementar la ocurrencia de conductas de ayuda en sus hijos e hijas, es decir que madres y padres daban premios cuando ayudaban, colaboraban y cooperaban con familiares y vecinos. Mientras que, en etapas posteriores del desarrollo infantil, madres y padres tienen de incluir a sus hijos e hijas en acciones de ayuda que ellas y ellos mismos realizan, por ejemplo, llevarles consigo a hacer donaciones o realizar trabajo voluntario, este modelamiento resulta fundamental en la manifestación de acciones prosociales durante la niñez y adolescencia. Por otro lado, el uso de imposición y de castigos como formas de controlar la conducta infantil, no demostró efectividad en cuanto a alentar conductas positivas en los hijos e hijas, sin importar la edad de éstos. Uno de los hallazgos más relevantes de esta investigación fue que las acciones parentales de comunicación y cercanía emocional tuvieron efecto en la disposición empática que niñas, niños y adolescentes tienen hacia sus pares, es decir compañeras, compañeros de la misma edad. Por lo que se puede afirmar que una crianza que tenga como objetivo alentar en las nuevas generaciones acciones prosociales tendrá que incluir acciones de los y las cuidadores que den ejemplo de sensibilidad a las necesidades de los demás, así como implicarse en acciones benéficas. Esto puede hacerse mediante indicaciones claras que alienten la cooperación y a la vez, siendo modelos de ayuda y acciones voluntarias de apoyo social. Con estas acciones y con objetivos claros de lo que se espera del comportamiento de los hijos e hijas, madres, padres y/o cuidadores aportarán en creación de ambientes seguros, libres de violencia y encaminados hacia la cultura de la paz, uno de los retos más importantes que tenemos en el Colima actual.
La investigación citada puede consultarse en la siguiente liga: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7044229
Programas educativos en los que trabajo como docente:
Licenciatura en Psicología y Maestría en Psicología de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima, México.
*Profesora-investigadora de tiempo completo en la Facultad de Psicología, Universidad de Colima.
Las opiniones expresadas en este texto periodístico de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a El Comentario.