Por Gaspar Ruiz-Canela
Tailandia recibió este jueves 19 de octubre los cadáveres de 8 de sus 30 ciudadanos muertos en el ataque de la organización terrorista Hamas en Israel, donde trabajan unos 30 mil tailandeses principalmente en la agricultura.
Los tailandeses son uno de los grupos de trabajadores emigrantes más numerosos en Israel y también una de las nacionalidades con más bajas mortales en la incursión del brazo criminal de Hamas en áreas israelíes cercanas a la Franja de Gaza el pasado 7 de octubre.
Según los últimos datos del Ministerio de Exteriores tailandés, 30 tailandeses murieron, mientras que 16 resultaron heridos y 19 fueron secuestrados, en el ataque en el que terroristas de Hamas dispararon indiscriminadamente contra civiles.
Numerosos muertos extranjeros
Al menos 200 extranjeros resultaron muertos, incluidos 32 estadounidenses, 28 franceses, 19 rusos, 10 nepalíes y 8 argentinos, entre otros, aunque muchas de estas víctimas tenían la doble nacionalidad.
Tailandia se encuentra en duelo por sus muertos en el ataque, al tiempo que las autoridades trabajan en facilitar la liberación de sus nacionales secuestrados y la repatriación de más de 8,100 tailandeses que han pedido volver a su país.
Los familiares recibieron los cadáveres de los 8 tailandeses muertos en una ceremonia en el Aeropuerto Internacional de Suvarnabhumi, donde los féretros llegaron en un avión de la aerolínea israelí El Al.
Mientras que Tailandia es uno de los destinos favoritos para los turistas israelíes, miles de tailandeses, en su mayoría de las zonas rurales más pobres de noreste, viajan cada año a Israel para trabajar en las granjas y kibutz comunitarios.
30 mil tailandeses en Israel
De los 30 mil que se encuentran en el país, unos 5 mil trabajaban en los campos cercanos a la Franja de Gaza, aunque muchos han sido evacuados y cientos están siendo repatriados diariamente a Tailandia.
Algunos de los tailandeses repatriados contaron a los medios locales cómo vieron a los terroristas de Hamas disparar y secuestrar a sus compatriotas cerca de Gaza.
Un trabajador tailandés en Israel, Pongsakorn Intaworn, dijo al diario Bangkok Post que él y otros 27 compatriotas han sido abandonados por su jefe israelí en una granja de tomates en una zona de riesgo a 10 kilómetros de la franja palestina.
El emigrante, de 31 años, indicó que fueron evacuados el pasado 10 de octubre, pero que el dueño de la granja los volvió a llevar el día 15 a los campos, donde temen por su seguridad.
El analista tailandés Thitinan Pongsudhirak, de la Universidad de Chulalongkorn, indicó en un artículo de opinión que es difícil de explicar por qué los terroristas de Hamas atacaron a los trabajadores tailandeses, aunque apuntó a que la razón puede ser que consideren que estén robando el trabajo a los palestinos.
“Quizá los palestinos de Gaza estén resentidos porque los trabajadores tailandeses en las granjas de Israel hagan trabajos que podrían y deberían ser de ellos (los palestinos)”, escribió Thitinan.
Denuncias de abusos laborales
Tailandia empezó a enviar a miles de trabajadores temporeros a Israel tras la firma de un acuerdo en 2012 para la ocupación de puestos de trabajo en el sector agrícola israelí.
La situación de estos trabajadores ha sido denunciada por supuestos abusos laborales y condiciones precarias de vivienda y salubridad, tal como denunció la ONG Human Rights Watch en un informe en 2015.
Durante una conferencia en línea en 2021, la socióloga israelí de la Universidad de Tel Aviv, Yahel Kurlander, explicó que Israel empezó a sustituir a trabajadores palestinos por extranjeros en sectores como la construcción, la agricultura y el cuidado de ancianos en 1987, tras las revueltas de la primera Intifada palestina.
Kurlander señaló que los trabajadores tailandeses viven en condiciones precarias, con viviendas no adecuadas, y también expuestos a los cohetes lanzados desde Gaza, que en 2021 mataron a dos temporeros de Tailandia.
“Por el idioma y la falta de transporte público, los trabajadores migrantes tailandeses están especialmente aislados”, dijo la socióloga israelí, al explicar que los tailandeses trabajan sobre todo en granjas familiares en la periferia.
Kurlander subrayó que muchos trabajadores emigrantes padecen condiciones de hacinamiento e insalubridad.
Sin embargo, las autoridades israelíes han negado estas acusaciones y aseguran que se realizan cientos de inspecciones al año para garantizar el bienestar de los trabajadores extranjeros.
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