Mujeres y empresas
Por Alejandro Bernal Astorga
Ocupar puestos directivos en una empresa debería estar en función de la actitud, aptitud, carácter y temperamento de cada persona, indistintamente de su sexo. Sin embargo, el análisis realizado por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) en alianza con Kiik Consultores, a 184 empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores en 2022, demuestra lo contrario.
Hoy, sumar a más mujeres en puestos de alta dirección sigue siendo un desafío y el IMCO considera que de seguir la tendencia actual, México alcanzaría una representación femenina de 30% en los consejos de administración para el año 2036 y contaría con una participación paritaria en los mismos hasta dentro de treinta años, es decir hasta 2052; por ello el camino por recorrer para que la equidad de género en el ámbito laboral sea una realidad es todavía largo.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el tercer país con menor presencia de mujeres con funciones directivas, solo después de Estonia y Hungría.
La representación de mujeres en los consejos directivos del sector empresarial en nuestro país aún es baja, ya que, en promedio, el 13% de los espacios son ocupados por mujeres (un punto porcentual más con respecto a 2021).
Asimismo, solo el 3.7% son consejeras independientes, lo que muestra la baja posibilidad de acceder a un consejo sin tener una relación directa con la empresa o ser accionista; pareciera que esta posibilidad esta supeditada a ser familiar de los dueños de una empresa o a tener el capital para ser propietaria de esta. Hoy, solo el 7% de los consejos de administración son presididos por una mujer.
Las mujeres se están estancando en el camino hacia la cima. A pesar de representar el 54% de los estudiantes universitarios y de constituir el 43% de la plantilla laboral, el crecimiento profesional de las mujeres disminuye a medida que aumenta el nivel de los puestos en la alta dirección; llegando a solo ser del 25% en direcciones jurídicas, 11% en direcciones de finanzas y solo 4% en las direcciones generales.
Al emplear a 8 de cada 10 mujeres, las empresas son agentes de cambio esenciales para sumar a más mujeres en puestos de mayor jerarquía; las organizaciones que han tenido un mayor impacto, han implementado tres políticas de inclusión: brindar capacitación continua al personal (74%), destacando los temas de competencias acordes al perfil de puesto requerido, liderazgo y sensibilización de género; han generado y aplicado protocolos contra la violencia y el acoso laboral (73%) y han implementado una política de diversidad en la conformación de sus equipos de trabajo (57%).
Asimismo, para acelerar el cambio y sumar a más mujeres al mercado laboral, especialmente en la alta dirección y los consejos de administración, el IMCO considera necesario identificar y medir el nivel jerárquico donde se pierde el talento de las mujeres, determinando sus causas y alternativas de solución; además, sugiere implementar buenas prácticas de inclusión de mujeres, a través de la flexibilidad laboral y el compromiso de la alta dirección con la equidad de género.
Si bien podemos ser empáticos con la equidad de género, el reto cobra otro significado si pensamos en el presente y futuro laboral de madres, hermanas, tías, sobrinas, primas, amigas o millones de mujeres que luchan a diario por una oportunidad para ellas y sus familias. La indiferencia no es una opción, ¡hagamos la diferencia!