Por Pablo Duer
Pasado un mes del comienzo de la guerra en Gaza, la ofensiva israelí ha dejado más de 1.5 millones de desplazados internos y más del 45% de las viviendas del enclave dañadas o destruidas. Ante este escenario, ¿qué futuro le aguarda a la población de Gaza una vez culminada la guerra?
Mientras los tanques israelíes avanzan hacia el corazón de Gaza y la Fuerza Aérea sigue atacando los edificios que aún quedan en pie, políticos y analistas debaten desde cómodos platós de televisión quién gobernará este territorio cuando concluya la guerra y, presumiblemente, Hamás sea derrotado y pierda el control del enclave.
Unos sugieren que sea Israel, otros el gobierno palestino de Cisjordania y hasta se ha propuesto una suerte de administración internacional.
Lo que no se preguntan es dónde y cómo vivirán los más de 2.3 millones de gazatíes, que ya vivían hacinados antes de la guerra y cuyas viviendas, fuentes de ingreso e infraestructuras básicas quedarán reducidas a escombros.
¿Dónde?
Al primero de estos 2 interrogantes respondió este fin de semana el ministro israelí de Agricultura y miembro del gabinete de seguridad, Avi Dichter, cuando en una entrevista televisiva deslizó la posibilidad de que el millón de habitantes del norte de Gaza refugiados en el sur -por orden israelí- no puedan volver a sus tierras, hoy ocupadas por el Ejército.
“Nakba Gaza 2023. Así es como terminará esto”, señaló el ministro, comparando el masivo desplazamiento actual con el éxodo de unos 700 mil palestinos que huyeron o fueron expulsados de sus tierras con la creación del Estado de Israel en 1948.
Otros políticos israelíes no han ocultado su intención de directamente expulsar a la mayor cantidad posible de palestinos de la Franja hacia otros países, algo que ha sido desestimado de plano por los países vecinos y la comunidad internacional.
“No hay alternativa más que dejarlos dentro de Gaza. Expulsarlos sería un error porque podría dañar la relación con Egipto”, asegura a EFE Grisha Yakubovich, exjefe de asuntos civiles del COGAT, organismo militar israelí que gestiona la ocupación en los territorios palestinos.
Más aún, anticipa que Israel no pondrá trabas al retorno de los gazatíes que fueron evacuados a Egipto a través del cruce fronterizo de Rafah para recibir atención médica.
¿Cómo?
El segundo interrogante es en qué condiciones vivirá la población de Gaza, cuya infraestructura sanitaria y educativa ha sufrido daños irreparables y que vive una crisis humanitaria catastrófica que amenaza, entre otras cosas, el estrecho tejido social que ha mantenido a la población en pie durante numerosas guerras y años de deterioro de las condiciones de vida bajo gobierno de Hamás y bloqueo israelí.
“Estamos viendo un colapso de toda la infraestructura humanitaria: carreteras, saneamiento, agua, todo. La ONU puede entrar y tratar de ayudar con esto, pero no tiene la capacidad para reconstruir toda esta área”, explica a EFE Ghaith al Omari, exnegociador palestino e investigador senior del Washington Institute para Oriente Medio.
En su opinión, la clave está en quién gobernará la Franja una vez terminada la guerra: “La cuestión de qué sucede con los que permanezcan en Gaza dependerá de cuál sea el resultado político y administrativo. Si algún tipo de gobernanza de Gaza es aceptada internacionalmente, entonces sospecho que veremos grandes esfuerzos de reconstrucción, sobre todo por parte de países del Golfo”.
Esa reconstrucción, sin embargo, podría demorar años.
Yakubovich, que llegó incluso a ocupar el cargo de alcalde de Gaza durante la ocupación israelí, anticipa que podría extenderse hasta por una década.
“Cuánto más se extienda la guerra, más tiempo tomará la reconstrucción. Pero bueno, a veces tienes que destruir para poder luego construir desde la nada”, menciona, y anticipa que durante este tiempo la población de Gaza se verá obligada a vivir en tiendas de campaña.
Ambos analistas enfatizan el peligro que traería aparejado un potencial vacío de poder tras la destrucción de Hamás y alertan sobre un riesgo inminente de anarquía, caos social, criminalidad y hasta la aparición de grupos terroristas.
“No pienso en mañana”
Ante la consulta de EFE, muchos gazatíes se mostraron incapaces de responder sobre el día después de la guerra y destacaron que hoy solo piensan en sobrevivir.
“No sé qué será de Gaza ni dónde viviré. Me imagino que volveremos a vivir como en la antigüedad, en tiendas de campaña, con un poco de agua y un poco de pan, sobreviviendo”, explica a EFE Iyad Barud, residente -o tal vez exresidente- de la localidad septentrional de Beit Hanún refugiado en la ciudad de Rafah, en el sur.
“Nos arrancaron todos los sueños de golpe, nos arrancaron nuestras esperanzas y nuestras aspiraciones. Nos hemos quedado sin dinero, nuestros hijos han muerto. Tengo 47 años, solo deseo una sola cosa: deseo que todo el mundo entienda que somos seres humanos que queremos vivir”, agrega, mientras recuerda el campo de fresas que le proveía un sustento y que fue destruido por los bombardeos israelíes.
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