Por Viviana García
David Cameron, el ex primer ministro británico que perdió el referéndum del Brexit en 2016, entró este lunes (13) por sorpresa en el Gobierno del conservador Rishi Sunak como nuevo responsable de Exteriores, previo nombramiento como lord.
Como todo es posible en política, Cameron entró como parlamentario en la Cámara de los Lores (alta), paso necesario para ejercer un cargo en el Ejecutivo, después de que dimitiera como Primer Ministro y diputado en 2016 tras la consulta sobre la salida de la Unión Europea.
Admirador del neoliberalismo de Margaret Thatcher, la dama de hierro que estuvo en el poder entre 1979 y 1990, Cameron apoyó la campaña a favor de la permanencia británica en la UE.
Además de haber defendido seguir en la UE -frente a la posición brexitera de su nuevo jefe, Sunak-, el nuevo jefe de la diplomacia británica ya ha sido criticado por ser presuntamente partidario de un mayor acercamiento a China.
Después de dejar el poder en 2016, Cameron (2010-2016) empezó a trabajar en el sector privado y recibía cuantiosos ingresos por impartir conferencias para hablar del Brexit.
En su función de lobista para empresas se vio envuelto en un escándalo que parecía enterrar cualquier futura aspiración: sus presiones sobre ministros para que la compañía que le pagaba, Greensill Capital, fuese incluida en el programa de préstamos gubernamentales de emergencia durante la pandemia de covid.
La polémica llevó a rehacer las reglas sobre cabildeo en el Reino Unido, pero, como queda ahora demostrado, no acabó con la carrera política de Cameron, que es visto desde algunos sectores como una figura unificadora y popular entre los tories.
Nacido en una familia aristocrática
Nacido en Londres el 9 de octubre de 1966, Cameron procede de una familia aristocrática y sus antepasados estaban emparentados con el rey Guillermo IV (1765-1837) de Inglaterra, aunque sus raíces paternas proceden del condado escocés de Aberdeenshire.
Tras pasar por el elitista colegio de Eton, a las afueras de Londres, Cameron estudió Filosofía, Política y Economía en el Brasenose College de la Universidad inglesa de Oxford, donde destacó por su capacidad para la oratoria y su defensa del conservadurismo.
Fue miembro del elitista Club Bullingdon de Oxford, famoso por las borracheras de los estudiantes y por los daños materiales que provocaban en sus juergas.
Después de graduarse en Oxford, su padre le consiguió un trabajo como administrativo en una empresa de Hong Kong, donde estuvo apenas 3 meses antes de volver a Londres para entrar en política.
David Cameron se casó en 1996 con Samantha Sheffield, de origen aristocrático, con la que tuvo 4 hijos, Iván (que murió en 2009 a los 6 años), Nancy (2004), Arthur (2006) y Florence (2010).
Asesor de economía antes que parlamentario
Cameron fue asesor especial del exministro británico de Economía Norman Lamont, bajo el mandato de John Major, antes de hacer su primer intento por llegar a la Cámara de los Comunes en 1997 por la circunscripción inglesa de Stafford, pero su aspiración quedó frustrada por la aplastante victoria de los laboristas.
Tuvo que esperar a los comicios generales de 2001 para entrar en el Parlamento, lo que hizo en representación de la circunscripción de Witney, en el condado inglés de Oxfordshire.
A partir de entonces, su carrera fue meteórica y, tras la victoria de los laboristas en las generales de 2005, fue elegido líder del partido en sustitución de Michael Howard.
Después de más de 10 años de gobiernos laboristas y sumido el Reino Unido en problemas económicos, Cameron llegó al poder en mayo de 2010, pero tuvo que aliarse con los liberaldemócratas porque no obtuvo los escaños suficientes para gobernar en solitario.
Entre sus medidas también figuró la de conceder al hoy ex ministro principal escocés Alex Salmond, del Partido Nacionalista Escocés (SNP), la posibilidad de convocar un plebiscito sobre la independencia de Escocia.
Así, el 15 de octubre de 2012 acordó con Salmond la celebración de este histórico referéndum y permitió que la palabra independencia figurase en la pregunta de la consulta.
Esa decisión, vista por muchos analistas como un auténtico error de cálculo, acabó por salirle bien.
El 18 de septiembre de 2014, los escoceses rechazaron en una consulta la independencia de Escocia, que, de haber prosperado, hubiera supuesto el fin del Acta de Unión de 1707, por la que esa región está unida a Inglaterra.
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